Regresé con actualizaciones y creo que éste es el último que me falta.
Perdón por el hiatus sin aviso, pero tuve algunos problemas y falta de tiempo. Prometo no volver a desaparecer de esta forma. Actualizaré el blog también e incluiré todas las actus que hice en amor yaoi.
Terminaré pronto los fics activos para comenzar a publicar nuevos, espero que sigan leyendo.
Perdón por el hiatus sin aviso, pero tuve algunos problemas y falta de tiempo. Prometo no volver a desaparecer de esta forma. Actualizaré el blog también e incluiré todas las actus que hice en amor yaoi.
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Capítulo 12: Citas.
En cuanto recibe el mensaje lo abre y Changmin sonríe luminosamente
una vez lo lee.
“Ven a mi casa, en cuanto termines de trabajar. J”
Mira la hora con ansias. Maldice en voz baja porque aún
falta una hora aproximadamente, si es que termina todo el trabajo a tiempo. No pierde más tiempo y continúa a toda velocidad con las tareas que le quedaban por
hacer.
Cuando Junsu lo ve velozmente entrar a su oficina,
tomar unos papeles y volver de la misma forma, lo observa con las cejas
levantadas, ¿Por qué su amigo está tan apurado?
Con curiosidad, se levanta de su asiento y se dirige a la
oficina contigua.
–¿Por qué estás tan acelerado? –Le pregunta en cuanto entra.
Changmin levanta la vista un segundo, para volver a mirar su
computador.
–No lo estoy, sólo tengo mucho trabajo y ya es muy tarde.
Junsu ve la hora en su reloj de muñeca. Su amigo tenía razón.
–Qué te parece si vamos a comer y a tomar algo al salir. –Lo invita.
–No puedo. –Le contesta rápidamente, sin dejar de mirar la
pantalla de su computador.
–No seas aburrido.
–No es eso, es decir si… estoy algo cansado, dejémoslo para
otro día. –Le dice esta vez mirándolo al rostro con una expresión de disculpa.
–Sigues muy raro. –Le contesta. –A penas te veo estos días, te
lo voy a preguntar otra vez, ¿me estas ocultando algo?
Changmin ríe nerviosamente. –Claro que no, sólo es eso…
estoy cansado y quiero llegar a descansar.
Junsu lo observa por varios segundos. –¿Sabes que me puede
contar todo?
Changmin suspira. –Lo sé y… gracias, pero de verdad tengo
que terminar esto.
Junsu asiente, algo confundido. Changmin no puede ignorar
esa expresión y finalmente deja de hacer lo que está haciendo y se levanta de
su lugar, acercándose a su amigo.
–Mira… lo siento, tienes razón, no hemos salido a tomar algo
como lo hacíamos antes, pero te prometo que pronto lo haremos, sólo que hoy no
puedo, ¿qué te parece la otra semana?, tú elige el día. –Le dice con una
sonrisa, intentando convencerlo.
–No sólo me debes prometer eso, sino también me tienes que contar que está pasando, que ya no tienes tiempo para tus amigos y no, no me
digas que no pasa nada.
Junsu no espera repuesta y vuelve a su oficina y a su
trabajo. No aceptaría más evasivas, algo en la vida de su amigo había cambiado
y él lo iba a descubrir con la ayuda de éste o sin ella.
Changmin vuelve a suspirar cuando toma asiento frente a su
escritorio. Le prometió a Jaejoong que no le contaría ni siquiera su amigo de
su relación, pero Junsu era más que un amigo, era como su hermano. También sabe
que éste no confía en Jaejoong y la noticia no se la tomará muy bien.
Tiene que conversarlo primero con Jaejoong y luego decidirá
si le cuenta a su amigo o no.
Con otro suspiro decide volver a enfocarse cien por ciento
en terminar el trabajo pendiente, lo antes posible.
*
Jaejoong camina de un lado para el otro en la sala, mientras
espera a su novio llegar. Éste le había dicho que llevaría la cena, Jaejoong lo
acepta, porque en realidad no se encontraba en condiciones de preparar algo.
Estaba muy nervioso. Desde la semana pasada que sabía que su
padre ya le había concertado una cita con uno de los hijos del socio
mayoritario de una de sus muchas empresas en el extranjero. No recuerda de que
país, porque lo único que pudo hacer en cuanto escuchó la noticia en boca del hombre mayor, fue pensar como se lo iba a decir a Changmin.
Desde ese día, imaginó miles de formas de cómo decírselo, pero
cada vez que lo intentaba, el otro hombre lo distraía con sus besos y
terminaban haciendo el amor y lo que menos podía hacer en esos momentos era
pensar. Jaejoong se olvidaba de todo y disfrutaba cada segundo en brazos del
otro, porque además de placenteros, eran momentos muy escasos.
Se reunían en
un departamento sin habitar, que pertenecía a uno de los amigos de Jaejoong.
Éste tuvo que viajar por estudios, decidió hacer un doctorado. Cuando estaba pensando
que tendría que reunirse en hoteles con Changmin, recordó la situación y lo
llamó de inmediato para preguntarle si se lo prestaba. Como le debía algunos
favores a Jaejoong, aceptó de inmediato. Fue así como este lugar se convirtió
en su refugio, al menos por unos meses.
Jaejoong no estaba seguro como se tomaría su amante esta nueva
situación. Después de todo tendría más de una cita con otros hombres.
El ruido de la puerta hace que salte en el lugar donde se
encontraba, de pie al medio de la sala.
Se apresura en recibirlo.
A pesar de sus nervios, no puede evitar sonreír al verlo.
Conversaban todos los días por celular, pero hace una semana que no se veían.
–Hola. –Lo saluda el hombre en la puerta, quien también
sonríe ampliamente.
Jaejoong se le acerca por completo, deposita un beso en sus
labios y lo ayuda con las bolsas de la cena.
–Gracias. –Dice Changmin. Juntos y muy sonrientes se
dirigen a la cocina.
Sirven los alimentos en diferentes platos y los llevan a la
sala, depositando todo en la mesa del lugar.
Uno junto al otro, empiezan a comer con ansías, Changmin
porque ama la comida y Jaejoong porque apenas había probado alimento durante el
día.
–Pensé que nos juntaríamos mañana. –Le dice Changmin.
–Ah… si… –Jaejoong recuerda lo que tiene que decirle. –La
verdad es que mañana… no puedo.
–¿Por qué? –Pregunta Changmin, levantando la vista de su
comida. Sorprendido, pensaba que pasarían los dos días seguidos juntos.
–¿Quieres algo de vino? –Le pregunta para hacer algo de
tiempo.
Changmin asiente. Cuando termina de servirle, espera que el
hombre beba un sorbo, respira profundo y decide que es hora de la verdad.
–Verás, mi padre me puso en una situación de la que no puedo
salir sin hacerle caso… hasta cierto punto.
Changmin lo observa confuso. –No entiendo.
Jaejoong suspira. –Ya sabe lo de los rumores y quiere
detenerlos.
–¿Cómo? –Pregunta Changmin más atento.
–Quiere que tenga una relación seria otra vez.
–¿Quiere que regreses con el jefe? –Pregunta Changmin
alarmándose.
–No, yo también lo pensé por un segundo, pero le desagrada
mucho, así que no… lo que quiere es… presentarme a alguien más.
Changmin lo mira ahora con la boca abierta.
–¿Con alguien más?... pero…
–Lo sé, pero no se me ocurre que puedo decirle para que
desista de la idea.
Changmin pierde el apetito de inmediato. –Podrías decirle
que sales con alguien.
–Si se lo digo, no quedará tranquilo hasta que le cuente
quién es. No lo conoces, es alguien que siempre obtiene lo que quiere, no
importa cómo.
Changmin no lo conoce y de acuerdo a todo lo que ha dicho
Jaejoong del hombre, honestamente tampoco quiere hacerlo, al menos no por ahora.
–Entonces… ¿tendrás que salir con alguien más? –Le pregunta
con el ceño fruncido, consternado.
Jaejoong niega con la cabeza. –Con más de alguien.
–¿Qué? –Se exalta Changmin, poniéndose de pie, estaba
intentando mantener el control, pero esto era demasiado. –¿Por qué con más de
uno?
Jaejoong también se pone de pie, preocupado. –Es como hace
estas cosas, me prepara citas para que los conozca, pero realmente es él quien
quiere decidir, en el fondo no le interesa demasiado si me gustan o no.
–Pero eso no tiene sentido, ¿no le importa tu felicidad?
–No es eso, es sólo que es un controlador, la última vez me preparó
cinco citas y finalmente fue el quien escogió, pero ya había tomado mi propia
decisión, ya sabes… y aunque se molestó mucho, no hizo más por detenerme,
permitió que me casara y no me desheredó o algo por estilo.
Changmin intenta calmarse, respira profundo y se disculpa. –Lo
siento, no quise decir eso, es sólo que no lo entiendo…
–Está bien… –Le dice Jaejoong acercándose y tomándolo de la
mano para que se sienten juntos en el sofá.
–Lo que hice en esa ocasión fue hacerle caso…
–No quiero que lo hagas. –Changmin sabía que no estaba
siendo razonable, pero no podía imaginarse a su novio con alguien más, no
quería hacerlo.
Jaejoong le acaricia el rostro para que lo mire a los ojos.
–Tampoco quiero hacerlo, pero no tengo alternativa.
Changmin ve la tristeza en los ojos del otro y se arrepiente
en seguida de su actitud infantil. –Lo sé, perdóname.
–No, tú me tienes que perdonar a mí…
–Claro que no… –Lo detiene Changmin. –No es tu culpa, sólo…
no seas muy amable con ellos. –Termina de decirle con un leve puchero.
Jaejoong ríe. –¿Qué?
–Eso, no lo seas, se pueden enamorar si lo haces, tampoco
sonrías mucho, no te rías de sus bromas y…
Jaejoong vuelve a reír y lo silencia con un beso suave, pero
firme. –Te lo prometo, estaré muy serio e incluso seré algo desagradable.
–Exacto, eso debes hacer.
Jaejoong vuelve a reír. –Es una promesa entonces.
Changmin sonríe por primera vez, desde que iniciaron esta
conversación.
Se besan en esta ocasión más profundamente.
–No hemos terminado la cena. –Murmura Jaejoong entres besos.
–Ya no tengo hambre… –Le contesta Changmin de la misma
forma.
–Entonces… vamos a la habitación…
–Vamos…
Abrazados y caminando a tropezones se dirigen a la
habitación lo más rápido que pueden.
*
Jaejoong bosteza disimuladamente. Esta era la tercera cita
que su padre le había preparado y el segundo fin de semana que no puede
disfrutarlo junto a su novio, como hubiese querido. Con un suspiro decide tomar
otra copa de vino. Ve la hora y decide acortar la cita con una excusa. No sería
la primera vez, lo ha hecho en las citas anteriores también.
En esta ocasión, su padre le había concertado cuatro citas,
que se llevarían cabo en dos fines de semana seguidos. Los cuatro eran
extranjeros, al parecer los candidatos del país ya habían sido descartados,
primero porque había salido con unos cuantos en el último intento de su padre
por emparejarlo, segundo, porque ya no quedaban herederos que hayan salido del
closet y tercero porque los dos o tres que, si cumplían con los requisitos
anteriores, no pasaron la aprobación de su padre. Así que, en esta ocasión, los
dos primeros eran de Tailandia y los otros dos de Japón, precisamente estaba con
uno de estos últimos en estos momentos, pero sólo su buena educación no le ha
permitido irse mucho antes, porque realmente la cita estaba resultando muy
aburrida, el otro hombre no paraba de hablar de él mismo. Se alegraba de
sobremanera que sólo quedara uno.
De entre todos Jaejoong escogería al más
agradable y se lo diría a su padre, quien probablemente le planee más citas y
él intentará lidiar con eso.
Con un suspiro, finalmente con la mejor de sus sonrisas, se
disculpa con una excusa no muy creíble, pero la verdad es que no le interesaba
mucho si el otro la creía o no y se dirige pronto al departamento que comparte
con Changmin. Cuando fue al baño, durante la cita, le envió un mensaje
diciéndole que se vean en su lugar pronto.
Su novio lo esperaba ansioso, igual que ayer y el fin de
semana anterior. Lo bombardeaba con preguntas que Jaejoong le contestaba
seriamente, pero después de unos minutos no puede dejar de reír por lo adorablemente
celoso que se comportaba, sin querer demostrarlo. Sus intentos en ocultarlo
eran demasiado obvios y Jaejoong no podía evitar que la ternura lo invada y
comienza a besarlo sin detenerse.
Lo que hacía más llevadero sus citas
indeseadas, era pensar en su novio y lo que harían durante la noche.
Estaban en la cocina conversando, preparándose un café, pero
cuando comenzaron a besarse se olvidaron de todo y a diferencia de los otros
días, no alcanzan a llegar a la habitación.
Jaejoong termina apoyando sus manos en la mesa del lugar, con
sus pantalones y ropa interior hasta sus rodillas y con Changmin con sus ropas
de la misma forma, ubicado detrás de él penetrándolo con fuerza y sin parar,
con una de sus manos acaricia uno de los glúteos del hombre sobre la mesa,
mientras con la otra comienza a acariciar la piel de su espalda por debajo de la
camisa semiabierta, ya que no logró abrirla por completo cuando se besaban. La
sube para poder tener la visión perfecta de la espalda del otro hombre.
Con su
espalda ligeramente arqueada, la camisa levantada unos centímetros sobre su
cintura y en la parte superior uno de sus hombros estaba descubierto. La piel
suave ligeramente perlada por el sudor que se formaba. Los labios de Changmin
necesitaban estar sobre toda esa piel, devorándola, pero tampoco quería detener
sus embestidas o más bien no podía, porque su pene se sentía derretir en la
caliente y ajustada cavidad y el placer como siempre era intoxicante.
Entre el calor y placer del momento, mientras aumenta la
fuerza de sus movimientos, Changmin no puede evitar sentirse en extremo
frustrado e impotente.
Era muy frustrante tener que permitir que su novio tenga
que salir con otros hombres, no poder
decirle al mundo que estaba con el hombre más maravilloso que había conocido,
tomarlo de la mano y besarlo frente a todos. Ir donde el hombre poderoso e
intimidante que es su padre y decirle que haría lo que fuera por su hijo y que no
dejaría que nada, ni nadie se interpusiera entre ellos, que lo va a amar,
cuidar y proteger con su vida y que si no lo acepta porque lo considera poca
cosa, él se iba a encargar con todo lo que tiene, de demostrarle lo contrario.
Cuando siente que está cerca de correrse, apresura las
embestidas y entre gemidos cada vez más altos por parte de los dos, toma el
miembro del otro, provocando un intenso jadeo por parte de su amante. Se corren
con segundos de diferencia y Changmin afirma fuertemente al hombre de las
caderas con ambas manos.
En cuanto sale dentro del otro, luego de depositar toda su
corrida en el interior, espera que su amante voltee y lo abraza fuertemente.
Jaejoong lo siente, lo ve en sus ojos y en su expresión. Su
novio ya era un libro abierto para él. Podía notar sus fuertes emociones y hace
lo único que puede para intentar calmarlo y asegurarle que no hay hombre más
perfecto para él. Que es el hombre de su vida, su otra mitad, su alma gemela,
todas las cursilerías que nunca creyó, pero que con sólo una mirada al otro
hombre pudo finalmente tener la bendición de conocer. Con palabras muy dulces, susurrándole al oído, se lo dice, con sus caricias se lo demuestra y con su
mirada se lo confirma…
Se besan profundamente y entre besos y miradas se dicen que deben
continuar en la habitación. De esta forma se dirigen a un lugar más horizontal
para seguir compartiendo y disfrutando de sus cuerpos, sin separarse, abrazados
hasta que sólo el sueño los separe por unas horas.
*
La última cita, piensa Jaejoong con alivio, mientras espera
que el acompañante de esa noche arribe pronto. Le gusta llegar unos diez
minutos antes siempre, por costumbre, así que mientras espera, pide un
aperitivo sin alcohol. Tampoco le gusta beber mucho en este tipo de citas, aunque a
veces desearía hacerlo, como con la cita aburrida del día anterior, pero
prefiere estar sobrio y serio como le había prometido a su novio, cuando piensa
en él no puede evitar sonreír amplia y luminosamente.
–Que buen recibimiento. –Una voz interrumpe sus
pensamientos.
Jaejoong algo descolocado, se demora unos segundos en
contestar. –Oh, hola… –Se pone de pie para saludarlo de mano.
El hombre era muy alto, le sacaba unos diez centímetros de
diferencia al menos y no pudo evitar notar lo atractivo que es.
–Tenías una hermosa sonrisa, ¿en quién estabas pensando?
Jaejoong intenta sonreír naturalmente. –¿Por qué crees que
estaba pensando en alguien?
–No lo sé, sólo adivino.
–No, no pensaba en nadie en particular.
–Es un alivio.
–¿Por qué?
–Porque cualquiera que te hubiera visto, habría imaginado
que pensabas en alguien especial, sonreías como alguien enamorado.
–¿De verdad?... ¿cómo sabes cómo sonríen los enamorados? –Pregunta
Jaejoong intentando sonar casual, ¿es que acaso el recién llegado leyó su mente?
–Mis padres estaban muy enamorados y constantemente los veía
sonreír de esa forma, cuando estaban juntos.
Jaejoong asiente con una sonrisa, sí, él está muy enamorado,
pero no puede decirlo, por lo que se aclara la garganta. –Sólo era una sonrisa.
–Era una muy hermosa, pero me alegro que no hayas estado
pensando en nadie.
Antes de que Jaejoong pudiera decir algo, éste se le adelanta.
–Algunas veces no me puedo callar y sólo digo lo que pienso,
así que te doy mis más sinceras disculpas por adelantado.
Jaejoong vuelve a descolocarse, definitivamente esta iba a
ser una cita diferente a las anteriores.
Deciden ordenar y en un ambiente muy agradable empiezan a
conocerse, algo que Jaejoong no había podido hacer en las otras citas.
–¿Cuántas citas te ha organizado tu padre? –Le pregunta el
hombre.
Jaejoong sonríe. –Demasiadas, de hecho, perdí la cuenta desde
la última vez.
–Wow, pensé que el mío era el peor.
–¿Cuántas te ha organizado? –Pregunta riendo.
–La última vez… diez.
–¿Diez? –Exclama Jaejoong con sorpresa.
–Sí, fue realmente agotador, conocí a diferentes hombres de
diferentes nacionalidades, además hizo que las tuviera prácticamente seguidas. Fue
una época en que su salud no era muy buena y no quería que me quedara solo.
–Tu madre…
–Sí, falleció hace unos cinco años.
–Lo siento.
–No te preocupes, ella fue muy feliz mientras vivió y aunque
aún la extrañó y lo haré siempre, sé que no se sentiría feliz si me ve
estancado en el pasado y no disfrutando de mi vida.
–Eres muy optimista.
El hombre asiente con una sonrisa. –Hoy me siento
particularmente optimista.
Jaejoong como toda le cena, ha intentado ignorar las obvias
indirectas que le envía el otro, fingiendo ignorancia y cambiando de tema lo
mejor que podía.
A pesar de la evidente admiración del otro hombre, esta no lo ponía
particularmente incómodo, pero de ninguna manera quería alentarlo.
–Y… ¿cómo te libraste de las citas?
Riendo contesta. –Bueno, aun no me libro.
–Tienes razón. –Jaejoong contesta de la misma forma.
–Pero en esta ocasión me dio una concesión.
–¿Cuál?
–Me dio la libertad de elegir.
–¿Cómo? –Pregunta Jaejoong confuso.
–¿Tú padre nunca te mostró fotos o nombres?
–Sólo los nombres.
–Mi padre también, pero en esta ocasión me dio esta opción…
–Al ver a Jaejoong con la misma expresión, decide ser más claro. Con una sonrisa
continúa. –Me dijo que si alguno de los candidatos me gustaba podría elegir a sólo
ese.
–Viste mis fotos… –Comenta Jaejoong, esta vez algo
avergonzado, así que el hombre realmente lo había escogido.
El otro asiente. –En esta ocasión me enseñó quince fotos y
en cuanto vi la tuya lo supe.
Jaejoong realmente no quería saber que revelación tuvo, pero
no pudo evitar que el otro siguiera hablando.
–… que quería conocerte y no me arrepiento para nada.
Jaejoong se aclara la garganta y desvía la vista. Aprovecha
de ver la hora en su celular y realmente se sorprende. Habían pasado más de dos
horas y realmente no había notado lo rápido que transcurrieron.
–¿Tienes que ir a otro sitio? –Le pregunta el otro, al ver
como desvía su atención al aparato.
–N-no, es sólo que no me di cuenta de que ya hemos estado
cenando por más de dos horas.
–Eso es una buena señal.
Jaejoong sólo sonríe.
–¿Quieres ir a otro sitio?
A ver la expresión de Jaejoong, el hombre riendo continúa.
–No, no me malentiendas, no quiero invitarte a mi departamento, al menos no
todavía, pensaba en algún bar.
Jaejoong de nuevo algo avergonzado, sonríe a modo de
disculpa. –Me encantaría, pero estoy algo cansado, tuve que trabajar hoy y…
–No te preocupes, te entiendo, eres un gerente después de
todo, no debes tener días de descanso.
–Tengo muy pocos, pero me gusta mucho lo que hago.
–Eso es lo importante, entonces paguaré la cuenta para que
vayas a descansar.
Entre una leve discusión de quien invitaba a quien, llegaron
a la salomónica decisión de compartir la cuenta y entre risas llegan a la
entrada del hotel.
–Déjame llevarte a tu casa, viniste sin auto y yo traje el
mío.
Jaejoong niega con la cabeza. –No te preocupes, tomaré un
taxi, además no vivimos muy cerca, no es necesario…
–Por favor…
Jaejoong lo hubiera aceptado, si se dirigiera a su casa,
pero ese no es el caso y por ningún motivo puede darle pistas de donde queda el
lugar donde se reúne con su novio, aunque el otro no sospeche nada, es mejor no
arriesgarse.
–Te lo agradezco, pero mira, ahí viene.
Jaejoong agradece internamente que en ese momento vea el
vehículo acercarse.
–Te libraste de mi presencia. –Le dice el otro bromeando.
Jaejoong ríe sinceramente. –Para nada, la pase muy bien hoy.
–Yo también, espero no haberte asustado con mis comentarios.
–Me lo advertiste, así que no te preocupes.
Antes de que Jaejoong voltee para irse, el otro hombre lo
detiene con su mano en el brazo. Jaejoong algo sorprendido, lo mira
interrogante.
–De verdad lo pasé muy bien y haré lo posible para
repetirlo, espero que aceptes cuando te invite.
Con un adiós y sin decir más, voltea y se dirige a su auto.
Jaejoong lo observa por unos segundos y el ruido de la
bocina del taxi lo despierta. Se apresura en subir al vehículo.
Sin duda era un hombre especial y divertido y Jaejoong
estaba seguro que podrían ser buenos amigos, pero por nada del mundo se lo
diría a su novio y menos a su padre.
Por ahora dilataría la situación lo más que podía. Si
necesitaba una pantalla, su última cita sería la mejor opción, pero le dejaba
un mal sabor de boca pensar en usar a un hombre como él. No se lo merecía.
Con un suspiro decide relegar sus problemas para otro día,
ya que después de todo, se va a juntar con su novio después de un día bastante
largo, por lo que sonriendo le da la dirección al chófer del taxi.
N/A: No quise revelar el nombre del nuevo personaje, pero creo que algunas se lo imaginarán :)