De nuevo me perdí en las obligaciones y no he podido escribir como he querido, en fin, mi idea es terminar pronto este fic porque aunque no lo parezca faltan pocos capítulos, quizas uno 5, no estoy segura, pero pronto lo estaré. Sin más demoras aquí el capítulo 13, espero lo difruten!
Los dedos que recorren su espalda le ocasionan una deliciosa
sensación que no es nueva para él. Esos dedos han recorrido cada centímetro de
su piel y las sensaciones que le provocan son incomparables. Cuando estos
detienen su recorrido, Changmin abre los ojos. Estaba apoyado en su estómago
con su rostro volteado al lado izquierdo y lo primero que ve es el hermoso
rostro de su novio, quien tenía reflejada una igual de hermosa sonrisa.
–Buenos días. –Le dice con una sonrisa.
–Buenos días. –Le contesta Jaejoong.
–No te detengas. –Le pide ahora Changmin con un leve
puchero.
Ahora Jaejoong ríe y se acerca para darle un suave y dulce
beso en los labios.
–No puedo, debo irme.
–¿A dónde? –Pregunta Changmin, levantando su cabeza de la
almohada, borrando su sonrisa y frunciendo el ceño. Hoy era sábado, uno de los
pocos días que pueden estar juntos.
Jaejoong acerca su mano al ceño del otro para borrar con sus
dedos la expresión arrugada en su frente, antes de contestar. –Mi padre acaba
de llamar, quiere que lo visite.
–¿Por qué?, ¿ocurrió algo?
–No me dijo la razón, pero no es nada grave sino me lo
habría dicho.
–¿No querrá…
Jaejoong sabe lo que va a decir su novio. –No, no me va a preparar
más citas, eso ya terminó.
–Pero debes escoger a uno… –A Changmin aún le costaba
similar aquella situación. Le parecía irreal que en la actualidad aún se
realizaran citas a ciegas concertadas por los padres, pero las costumbres de la
clase alta eran algo que jamás entendería.
–Sí, pero eso será más adelante.
–Pero tu padre querrá que los rumores se apaguen pronto.
Jaejoong suspira. –Lo sé, pero esto no es nuevo para mí, sé
cómo manejar a mi padre, no debes preocuparte. –Le dice mientras le acaricia el
rostro.
Changmin vuelve a apoyar su rostro sobre la almohada.
–Pero tendrás que escoger a alguien esta vez. –Insiste.
–Es verdad, pero es suficiente con darle el nombre y
encontraré excusas para evitar las citas, estoy muy ocupado con el trabajo y mi
padre tampoco permitirá que descuide mis obligaciones.
–¿A quién escogerás? –Pregunta de repente Changmin.
Jaejoong había retrasado esta conversación, pero ya no podía
hacerlo más. Tampoco estaba seguro, había pensado en elegir con quien se había
llevado mejor, pero esta persona había sido la que había mostrado más interés
en él, por lo tanto, esto sería contraproducente. Así que lo más lógico es que
escoja con quien menos tuvo conexión, y ese sería su tercera cita. Sería
aburrido y tendría que soportar al hombre hablar de sí mismo por más tiempo,
pero si tenía que hacerlo para distraer a su padre de su verdadera relación,
haría lo que fuera.
–Al tercero.
–El que sólo habla de él. –Le dice Changmin con una leve
sonrisa.
Jaejoong le había contado en detalle todas sus citas, con
excepción de la última. Le había contado que fue una cita normal y que no se
llevó particularmente bien con el hombre. Todo lo contrario a la realidad. Pero
no quería que su novio se preocupara sin razón, después de todo no se estaba
tomando muy bien esto de las citas, algo completamente normal, al fin y al
cabo, nadie quiere que su novio esté saliendo con diferentes hombres, aunque
estas sean inofensivas cenas. Se había puesto en el lugar de su novio y está
seguro que él reaccionaria de la misma forma si las cosas fueran a la inversa.
–Ese mismo. –Le contesta con una sonrisa.
–Te iba a recomendar a ese.
Jaejoong ríe en esta ocasión. –Las mentes poderosas…
–Piensan igual. –Changmin completa la frase, mientras se le
acerca para quedar casi encima y robarle un beso profundo.
–¿A qué hora volverás? –Le pregunta cuando se separa, sin
querer hacerlo.
–Almorzaré con él, espero regresar antes de las 3.
–Te esperó aquí entonces.
–¿Me esperaras en la cama? –Le pregunta Jaejoong, quien esta
vez junta sus labios para obtener otro sensual beso, que los deja sin aliento.
–Te esperaré como tú quieras. –Le contesta Changmin, quien se
ubica ahora entre las piernas del otro hombre, quien las abre por completo y comienza
a acariciar con su mano derecha su abdomen que está al descubierto, Jaejoong
sólo vestía su ropa interior.
–Min… –Intenta reclamar el hombre que estaba debajo, pero
este suena más parecido a un sexy gemido.
–¿Qué? –Dice Changmin fingiendo inocencia, pero sin detener
su mano.
–Debo levantarme…
–Podríamos ducharnos juntos.
–No creo que tenga tiempo… –Jaejoong se calla cuando esa
mano comienza a masajear uno de sus glúteos.
–Ok… hay tiempo… –Murmura Jaejoong antes de volver a
derretirse en un beso que se prolonga por más tiempo del permitido. No es
necesario por lo tanto mencionar que la ducha no fue diferente y finalmente
Jaejoong llega bastante atrasado a la casa de su padre.
*
–¿Por qué tardaste? –Es el saludo del hombre mayor.
–Tuve problemas con el auto. –La excusa se le ocurrió a
Changmin, mientras se besaban cuando se estaban despidiendo.
–Tuve que pedir que recalentaran la comida. –Le reclama el hombre.
–Lo siento. –Es lo único que puede decir, de todas formas no
estaba arrepentido, cada segundo junto a su novio era una bendición tan perfecta
como escasa, por lo que jamás se arrepentiría de vivir los momentos más felices
de su vida.
Sigue a su padre al comedor y toma lugar en el asiento
habitual. El hombre mayor sirve el vino, mientras uno de sus empelados les
sirve los platos. Luego de agradecer al empleado, Jaejoong tiene que preguntar
lo obvio.
–Me vas a decir la razón de esta invitación tan repentina.
–Después, ahora comienza a comer antes de que se vuelva a
enfriar.
Como Jaejoong estaba de muy buen humor, se ríe de lo que
dice su padre, que era evidentemente una continuación de su reclamo y que le
indica que no olvidará muy pronto su tardanza. Decide hacerle caso y disfrutar
de la comida que lucía deliciosa.
El almuerzo transcurre tranquilamente, mientras conversan de
sus respectivos negocios y ahora estaban disfrutando de una copa de un
delicioso y añejo wiskey, con el cual Jaejoong se atora al escuchar las repentinas
palabras de su padre.
–Supe que tú última cita resultó muy bien.
Cuando Jaejoong se recupera tiene que preguntar. –¿Qué?, ¿cómo
podrías saber eso?
El hombre mayor lo observaba con una media sonrisa.
Al notar que su padre no le contestaría, Jaejoong con el
ceño fruncido le dice. –Te equivocas, no fue nada especial, de hecho ya hice mi
elección.
Ahora su padre lo observaba con una ceja levantada. –¿Y a
quién escoges?
–Mi tercera cita.
–¿Cómo se llama?
Jaejoong no se había preparado para esta conversación, lo
iba a hacer, pero se distrajo demasiado, pero de nuevo, no se arrepentía para
nada. Hizo un esfuerzo mental y da con el apellido del hombre.
–Nobu Takuya. –Dice sin pestañear.
–¿Es el que más te agradó?
–Así es. –Dice Jaejoong con cara de póker. Él sabía mentir,
pero con su padre tenía que realizar esfuerzos mayores.
–Pero recuerdo las fotos y no parecías muy entusiasmado con
él.
–¿Fotos? –Jaejoong no debería realmente sorprenderse, pero
no pudo evitar el enojo que comenzaba a surgir. –¿Me estabas espiando?
–Claro que no, contraté a alguien, yo no hago esas cosas.
Jaejoong se coloca de pie. –No tienes derecho a hacer tal
cosa, ¿cuántas veces lo has hecho?
Esta nueva revelación era muy peligrosa, su relación secreta
con Changmin estaba en peligro y si su padre lo descubría de esta forma… no
quería siquiera pensarlo.
–No te exaltes. –Le dice el hombre cono si estuvieran
hablando del clima y bebe otro sorbo de su vaso. –Sólo lo hice esta vez, para
asegurarme que me hicieras caso.
–Esto es invasión a la privacidad y sabes que no puedes
hacerlo, ser mi padre no te da ese derecho.
Finalmente, el hombre mayor se pone serio. –Tienes razón.
Jaejoong se apacigua un poco con esas palabras.
–Pero si no lo hubiera hecho, no sabría que me estás
mintiendo.
–¿Qué quieres decir?
–Que con quien mejor te llevaste fue con Yuu, tú última
cita.
–No puedo creerlo. –Dice Jaejoong, alterado otra vez. –No…
–Espera, déjame hablar, te prometo que no lo volveré a
hacer, pero tienes que decirme la verdad ahora.
Jaejoong lo observa aún enfurecido. –Es verdad que nos
llevamos bien, pero no con un interés romántico, creo que seríamos buenos
amigos, por eso no lo escojo a él. –Esto en parte era verdad, le gustaría ser
amigo del hombre.
–Ya veo, ¿pero es algo mutuo?
–Creo que sí.
–Pues creo que te equivocas.
–¿De qué hablas?, ¿cómo podrías saber qué es lo que piensa
Yuu?
–Fácil, le pregunté.
–¿Qué hiciste qué? –Los nervios de Jaejoong estaban en su
límite.
–Lo llamé y tuvimos una interesante conversación y le hice
una invitación para que se conocieran mejor.
–Debes estar bromeando.
–Como me conoces muy bien, sabes que ese no es el caso.
–Tienes razón, pero desearía que estuvieras bromeando.
–Jaejoong ya rendido sólo espera el siguiente golpe. Su padre lo puso entre la
espada y la pared.
–No seas tan dramático, ¿no quieres saber que invitación le
hice?
–Realmente no, porque no aceptaré, ¿no me dejarás decidir
entonces?
–Siempre has decidido tú, ahora te estoy dando un
empujoncito, el muchacho parece sincero y es atractivo, dale una oportunidad.
–Ese no fue el trato.
–No quedamos de acuerdo que harías más adelante, ahora estoy
sugiriéndote lo que debes hacer.
–¿Sugiriéndome?, me tendiste una emboscada.
–De nuevo estás siendo dramático, que es eso de emboscadas,
sólo lo invité a un fin de semana en la villa de Insadong.
–Dios… ¿un fin de semana? –Esta vez Jaejoong casi grita.
–Baja la voz. –Le advierte su padre.
–No tienes derecho a pedirme nada… no lo puedo creer… –Esto
último lo dice para sí mismo, pasándose las manos por el rostro.
–De nuevo tu dramatismo, será una oportunidad para que se
conozcan mejor y para que te des cuenta que es algo que puede funcionar.
De repente a Jaejoong se le ocurre algo. –¿Y por qué este
interés tan repentino en Yuu?, planeas negocios con su padre, ¿verdad?
El hombre mayor se pone de pie. –Piensa lo que quieras, pero
jamás dudes que mi principal objetivo en todo esto es conseguirte alguien que
valga la pena, alguien con quien puedas formar un futuro sólido y no estés
solo, independiente de callar esos rumores infundados.
Jaejoong lo observa al rostro. –Soy capaz de hacerlo solo,
sé que me equivoqué una vez, pero debes confiar en mí.
–Yo te pido lo mismo.
Jaejoong suspira. –Es diferente, es mi vida…
–¿Tienes a alguien en mente, que yo no conozca? –Su padre ahora
lo observa con evidente interés.
Jaejoong se queda mudo.
Sí, lo tenía, había encontrado a su
otra mitad… y se muerde la lengua para no decirlo en voz alta. Todavía no era
el momento, tenía que consolidarse en su puesto, tenía que mostrarle al mundo,
no sólo a su padre lo responsable y capaz que era para llevar en sus hombros
tanta responsabilidad y después de eso les diría todo el que quisiera escuchar
que tenía al ser más maravilloso a su lado, con quien quería compartir su vida,
por lo que bajando la vista niega con la cabeza.
–Entonces no hay nada más que hablar, el plan se llevará a
cabo como está planeado. Ahora bebe tu trago, que no has bebido casi nada.
Jaejoong toma asiento y bebe el contenido de su vaso de una
sola vez. Lo necesitaba, ahora tenía que pensar como decirle a Changmin, que el
siguiente fin de semana los únicos días en que podían estar juntos, se verían reducidos
a cero, porque tenía un romántico fin de semana con otro hombre. Pasa
nuevamente sus manos por sobre su rostro.
*
–Por fin llegas. –Le dice Changmin como saludo y sonriendo
ampliamente.
Se había atrasado una hora más de lo calculado, intentó convencer
a su padre que desistiera de la idea, pero lo único que consiguió fue que el
hombre le “prometiera” quedarse todo el fin de semana con ellos. Esperaba que
cumpliera su palabra, porque le advirtió que si iría del lugar sin despedirse
si éste no lo hacía. No logró más y con la preocupación de cómo decirle esta
nueva situación a su novio, llega al departamento donde éste lo esperaba
ansioso.
Lo saluda con un fuerte abrazo y un profundo beso. Cuando se
separan, Changmin exclama.
–Wow, si me vas a saludar de esta forma cada vez que vayas a
ver a tu padre, no reclamaré tanto la próxima vez.
Jaejoong ríe. –Te extrañé, eso es todo.
–Yo también. –Le contesta el hombre, que ahora lo toma por
la cintura y es quien captura los labios ajenos esta vez.
Sus labios se funden una vez más, en al ángulo perfecto,
causando que ambos sintieran la habitual sensación de que se derretían.
–Ok, te creo… –Murmura Jaejoong cuando se separan.
Pero eso no dura mucho, porque se vuelven a besar casi en
seguida.
*
Al día siguiente despiertan muy temprano. Jaejoong había
planeado una cita especial, como era invierno, estuvo buscando por internet
unas cabañas disponibles. No podían ir a los complejos más concurridos, pero
querían esquiar, ambos sabían hacerlo y no lo habían hecho por algún tiempo.
Finalmente encontraron uno muy discreto, poco concurrido y no necesitaban
reservar. La única desventaja era la lejanía, de todas formas, si no les daba
confianza, una vez lleguen se irían. Afortunadamente sus dudas son disipadas en
cuanto llegan, el lugar era perfecto. Las cabañas estaban bastante separadas,
había una familia en la más cercana y el resto de personas que estaban en el
centro de esquí sólo estaban por el día. Por lo que disfrutaron las horas de
esquí, antes de almuerzo y después de este.
Cuando llega la hora de la cena están agotados, pero felices.
Habían pasado un gran día juntos en la nieve. Piden la comida y mientras la
esperan se dan una ducha juntos.
–No deberíamos… estar haciendo esto… ahora… la cena… está
por llegar…
Jaejoong murmura entre gemidos ahogados, ya que su novio lo
tenía apoyado firmemente contra la pared, con una de sus piernas de la misma
forma pegada contra la pared, su novio la apresaba fuertemente con una de sus
grandes manos, para darle más acceso a su entrepierna. Le succionaba sin piedad
su pene, en toda su extensión, Jaejoong podía sentir su lengua enrollarse en
este, su suave garganta envolverlo, más el calor que lo hacía sentir derretir,
todo sumado a dos de sus dedos que habían comenzado a penetrarlo, encontrando sin
demora su próstata. Todo era enloquecedor y su corrida no tarda en llegar y el orgasmo
lo invade sin piedad, recorriendo su cuerpo por completo.
–Ah… ah… ah… –Es la respiración agitada que inunda el baño
ahora.
–De esta forma… –Le dice Changmin mientras se endereza para
tomarlo en sus brazos, para continuar hablando. –… estaré algo satisfecho y no
me comeré toda la cena, siempre te quejas que como mucho…
–Min… –Le dice Jaejoong riendo, mientras lo abraza también.
Era un intento de reclamo por su descaro.
Changmin se comportaba completamente diferente en la intimidad.
Su personalidad reservada y algo tímida desaparecía en cuanto estaban juntos en
los escasos momentos en que podían dar rienda suelta a la pasión que
despertaban entre ellos. Estar junto a ese hombre era como estar sobre una
montaña rusa de la cual no quería bajar.
Por suerte, cuando la cena finalmente llega, ellos ya están
cubiertos con sus batas con los cabellos algo humedecidos, pero con sus cuerpos
secos. Colocan una manta sobre el suelo al frente de la chimenea encendida y colocan
los platos y cubiertos, junto con la comida, más dos copas y una botella de
champagne. Una velada romántica perfecta.
Se sientan muy juntos y se alimentan entre ellos. Riendo
terminan pronto, más que por el hambre que tenían, lo hicieron porque
comenzaron a darse pequeños besos entre los bocados, que fueron seguidos por
caricias sobre la ropa y pronto estas son por debajo.
Jaejoong quería hablar de la pésima noticia que tenía que
contarle a su novio, pero se olvida por completo una vez éste empieza meter sus
manos bajo la bata. Jaejoong se acerca por completo, de rodillas se coloca al
frente de su novio para hacer lo mismo, mete sus manos por la parte de arriba
de la prenda y acaricia la caliente piel a su disposición.
Se abren las batas en el proceso, mientras sus manos no se
detienen y continúan acariciando la piel ajena, quedando con los torsos
prácticamente desnudos.
Changmin no pierde tiempo y ataca uno de sus pezones que
estaba a la altura de su rostro. Jaejoong lo abraza por el cuello y lo presiona
contra su cuerpo. El estímulo de la lengua sobre su cuerpo ya lo tenía
temblando de pies a cabeza.
Changmin toma sus caderas y lo acerca aún más para que
Jaejoong lo rodee con sus piernas. En esta posición ahora si estaban
completamente unidos. Changmin suelta el ya ahora abusado pezón para dirigir su
boca y lengua a la del otro que lo estaba esperando, mientras sus manos ahora
suben para cubrir ambos pezones y seguir abusando de ellos, pero ahora con sus
dedos.
–Chang… ngh… ah… ah… –Jaejoong no puede hablar, todo lo que
sale de su boca son gemidos de placer. Quería decirle a su amante que se quite
las bata o al menos que la abra por completo, porque mientras él estaba con su
parte inferior expuesta por la posición, podía sentir la fricción del material
de la bata en su entrepierna, claro sentía la erección de éste, pero no era
suficiente. Para su suerte Changmin lo entiende y baja su mano derecha para abrir
su bata, pero no puede quitársela. La urgencia era demasiada.
Sus labios se ven obligados a separarse porque Jaejoong
ahora tiene que separarse un poco, sostener el miembro expuesto de su novio y
alinearlo con su entrada que ya estaba preparada desde la ducha. Se sienta
lentamente en este y ambos gimen fuertemente cuando la unión es completa.
Jaejoong comienza a moverse lentamente, disfrutando cada
segundo la sensación de tener a su amante dentro suyo. Changmin besa su cuello,
sus hombros, nuevamente mete un pezón dentro de su boca para seguir pronto con
el otro. Jaejoong acaricia con sus manos sus hombros, su cabello, su espalda y
aumenta la velocidad ocasionando que Changmin comience a moverse también para
acelerar su encuentro.
Completamente abrazados, gimiendo, besando la piel a
disposición, no dejan de moverse, para alcanzar el tan ansiado orgasmo, que no
tarda en llegar. Entre gemidos y gritos, Changmin se corre fuertemente y entierra
su rostro en el cuello ajeno, mientras sus manos hacen lo mismo con la espalda
de su amante. Éste se corre unos segundos después y quedan fuertemente
abrazados por unos segundos, hasta que sus respiraciones se acompasan.
Sonrientes y satisfechos se dirigen a la cama, donde no
dormirán por unas horas más.
Al día siguiente aún en la cama, el tema que Jaejoong estaba
evitando resurge.
–Jae, ¿qué haremos el otro fin de semana? o mejor… déjame
planearlo a mí. –Dice Changmin entusiasmado con la idea repentina.
Jaejoong quien tenía apoyada su cabeza en el pecho del otro,
tiene que levantarla para mirarlo a los ojos.
–Ah, sobre eso, tengo que decirte algo...