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Afire Love. Capítulo 14

viernes, 10 de mayo de 2019


Un nuevo capítulo, cada vez faltas menos, espero tengan paciencia por las demoras, pero espero actualizar pronto, espero lo disfruten!

Capítulo 14: Invitación.




A estas alturas Junsu ya no se molestaba en repetir el nombre de su amigo cuando éste no le contestaba la primera vez, ya estaba acostumbrado a su estado de ensoñación, por lo que su segundo intento para llamar su atención es con un ligero golpe en el hombro. Su amigo casi salta en su lugar. Junsu ríe.

–Me asustaste. –Le reclama en vano, está seguro que su amigo no está arrepentido.

–Es la única forma en que me prestes atención.

Changmin sólo sigue caminando, regresaban al trabajo luego de la hora de almuerzo. Sus pensamientos estaban en otro sitio, como había sido la costumbre estas ultimas semanas, pero en esta ocasión, no eran pensamientos felices.

Se había enterado hace unos días por boca de su novio que no pasarían el fin de semana siguiente juntos, pero lo peor no era eso.

Con un suspiro mira a su amigo que le quería decir algo.

–Te escucho.

–Estás más distraído que de costumbre, ¿sucede algo?

Changmin niega con la cabeza. El que suspira ahora es Junsu.

–¿Cuándo vamos a salir?, recuerda que me debes una invitación.

–Tienes razón, cuando tú quieras.

–Hoy.

–¿Hoy?, pensé que querrías salir el fin de semana. –Desafortunadamente estaba libre, piensa Changmin con amargura.

–Hoy es jueves, casi fin de semana.

–Está bien. –Dice Changmin, después de todo se lo debía a su amigo.

En ocasiones se sentía muy culpable por estar ocultándole algo tan importante como su relación. Junsu era su mejor amigo y siempre había estado a su lado cuando lo ha necesitado. La próxima vez conversará con Jaejoong para hablar de este tema. Le gustaría decirle a su amigo toda la verdad.

Cuando iban a cruzar una calle no muy transitada, algo llama la atención de Changmin. Estaban en un lugar no muy lejano del edificio donde trabajaban. Habían decidido comer en otro lugar, fuera del edificio y del restaurant más cercano, principalmente por las malas experiencias anteriores, no querían encontrarse con colegas mal hablados una vez más. El lugar se ubicaba en las calles paralelas a la principal donde ese encontraba el imponente e importante edificio donde trabajaban. Unas de estas estaban cruzando cuando Changmin ve algo que lo deja paralizado por un segundo.

Desde su posición podía ver la espalda de un hombre vestido elegantemente forcejear con otro, cuyo aspecto era lo opuesto. Era un asalto. El delincuente pretendía quitarle el maletín al hombre mayor y casi por instinto corre en esa dirección.

Junsu que miraba hacía el frente nota que su amigo empieza a correr y ni siquiera le alcanza a preguntar que sucede por la rapidez de éste y sólo lo puede seguir, pronto se da cuenta que es lo que está sucediendo.

No alcanza a llegar antes de que el delincuente le quite el maletín a la víctima y comience a correr.
Junsu le grita que no lo persiga, pero Changmin continúa haciéndolo. Cuando cree que lo va a perder, agradece que el otro doble en una esquina, porque esto hace que disminuya la velocidad. Changmin con sus piernas largas finalmente logra darle alcance y estira su mano para tomar su camiseta, el otro hombre pierde el equilibrio y cae al suelo tirando el maletín. Changmin también cae y cuando puede levantar la vista, ve al asaltante ponerse de pie como puede y huir velozmente una vez más. 

Changmin, muy sudado y respirando entrecortadamente se alegra al menos de haber recuperado el maletín. Se levanta, lo toma y regresa rápidamente a donde se debe encontrar el dueño. Se apresura los últimos pasos al ver al hombre mayor y a su amigo con expresión preocupada.

–Lamentablemente no pude detenerlo, pero recuperé su maletín. –Le dice en cuanto llega.

–Oh, no sabes cuánto te lo agradezco. –Le dice el hombre sorprendido. –Pensé que ya lo había perdido.

Junsu se le acerca y le da un palmetazo en el brazo. –No vuelvas a hacer algo así, fue muy peligroso.
Changmin dice auch y se soba la parte golpeada, causando la risa del tercer hombre.

–Tu amigo tiene razón, fue muy peligroso, pero te lo agradezco enormemente, tengo papeles muy importantes aquí.

–No hay de qué, quizás deba dejar una denuncia, lo acompañamos, la verdad no sé qué se hace en estos casos…

–No te preocupes, después de todo nada me robaron y el asaltante se escapó.

–Tiene razón. –Dice Changmin.

–Es muy osado asaltar a la luz del día. –Interviene Junsu.

–Es verdad, tomaré resguardos a partir de ahora, de nuevo muchas gracias.

Ambos jóvenes insisten en que no debe agradecerles y finalmente deciden despedirse.

–Tenemos que volver al trabajo. –Dice Changmin.

–Antes de que se vayan, me gustaría saber sus nombres, me gustaría agradecerles de alguna forma.

–No se preocupe por eso, mi nombre es Shim Changmin y él es Kim Junsu.

–Mucho gusto. –Los saluda amablemente el hombre mayor y les tiende la mano. –Kim Dae hyun.
Se presenta con una sonrisa.

–No tiene que agradecernos de ninguna forma. –Vuelve a decir Changmin antes de despedirse.

–Yo creo que sí, miren tomen mi tarjeta y si necesitan cualquier cosa, me pueden contactar.

Los dos jóvenes la reciben, las guardan en sus bolsillos y luego de una reverencia finalmente se despiden y se dirigen al edificio donde trabajan.

–Eres un tonto, no vuelvas nunca a hacer algo así. –Lo comienza a regañar su amigo.

–Tenía que ayudarlo.

–Con espantar al ladrón era suficiente.

–No lo pensé, lo siento.

–Eres muy impulsivo, algún día no tendrás tanta suerte.

–No seas dramático. –Sonríe Changmin.

Junsu le vuelve a pegar en el brazo y escuchan una risa conocida detrás suyo. Ambos voltean, era el señor Kim.

–No me digan que trabajan aquí.

–¿Usted también? –Pregunta Changmin, sorprendido.

–No, vengo a ver a mi hijo que trabaja aquí.

–Oh, que coincidencia. –Ambos muchachos sonríen.

Toman el ascensor juntos.

–¿A qué piso van?

–Al cuarto. –Contesta Junsu.

–Yo voy más arriba. –Dice apretando los botones del cuarto y séptimo piso.

–¿Saben? –Dice de repente el hombre. –Se me acaba de ocurrir una idea.

Los hombres jóvenes lo miran atentamente.

–Los invito a mi casa.

–No queremos molestar. –Empieza a decir Changmin.

–No es ninguna molestia, tengo una casa en la playa, es un lugar muy hermoso, el fin de semana la pasaremos con mi hijo, es una casa muy grande y el lugar también, me encantaría que fueran.
Changmin y Junsu se miran entre ellos. La verdad es que sonaba bastante bien. Changmin estará libre y no quería imaginar lo que estaría haciendo su novio ese fin de semana.

–No tienen que contestarme de inmediato, piénsenlo bien y me llaman al número de mi tarjeta.
Justo en ese momento el ascensor llega a su piso.

–Lo llamamos entonces.

Se despiden y salen del ascensor.

–¿Qué te parece? –Le pregunta Junsu.

–Me parece una idea genial.

–A mí también.

–Entonces vamos.

–Sí, vamos.

–Oye ahora que lo pienso, el señor Kim, ¿no te parece familiar?

–Sí, ahora que lo mencionas, creo que debe ser porque su hijo trabaja aquí, lo tenemos que haber visto antes, ¿no crees?

–Tienes razón.

Ambos se olvidan del asunto y contentos se dirigen su oficina para volver al trabajo, la verdad es que llegaban cinco minutos atrasados y esperaban que su superior no lo notara.

*

–¿Ya estás en casa?

–Sí, acabo de cenar, ¿y tú?

–Yo también.

–¿Cenaste bien?, ¿te prepararse o pediste algo?

–No tenía mucha hambre, comí un sándwich.

–Sabes que debes comer bien.

–No me regañes.

–No lo hago, sólo quiero que estés saludable.

–Lo estoy.

–Lo sé, pero no quiero que enfermes, quiero que comas todas tus comidas, trabajas mucho y debes cuidarte.

–Lo haré, te lo prometo, comeré algo más cuando terminemos de hablar.

–Pero eso será en una hora al menos, come algo ahora.

–Tienes razón, se me antoja alguna fruta.

Jaejoong se levanta de la cama y va en busca de unas frutillas que estaban en su refrigerador.

–Tengo unas frutillas y ya me las estoy comiendo.

–Que bien, luego come algo más.

–¿Sabes que ya tengo un padre? –Le reclama con un puchero, que aunque no lo vea, Changmin se lo está imaginando.

–Sí, y también un novio que se preocupa por ti.

Jaejoong suspira una vez deja la fuente con frutillas en su mesilla de noche y se tiende nuevamente en la cama.

–Quisiera que estuvieras aquí, a mi lado.

–Yo también… pero no te pongas triste.

–Es que… no nos veremos por muchos días y no puedo evitar ponerme triste.

–Podríamos arreglar algo durante la otra semana, vernos por una noche.

–Tienes razón, hagámoslo.

–Ya estaba acostumbrado a verte todos los fines de semana, es muy extraño no hacerlo esta vez.

–Lo sé y lo siento…

–No es tu culpa.

–De alguna forma la es.

–Claro que no, si quieres culpar a alguien es a mí.

–No, mejor culpemos a mi padre.

–O podríamos culpar al tipo con que irás de paseo, a propósito, no me has dicho como se llama.

–¿Quieres saberlo?

–Claro, para culparlo de que no te pueda ver estos días.

Jaejoong le dice el nombre sin pensar. –Takuya.

Debería haberle dicho el cambio obligado que debió aceptar, después de todo Changmin no conocía a ninguno de ellos, pero como quería ocultarle que su padre cambió su elección o más bien no le permitió elegir, inconscientemente soltó el nombre del que habían hablado originalmente.

–Lo recordaré para maldecirlo.

Jaejoong ríe. –Está bien, pero no tienes que hacerlo.

–Lo haré de todas formas porque ya te extraño.

–Yo también.

–Pero no me dijiste que harán el fin de semana.

–Mi padre tiene una casa en la playa y ahí pasaremos todo el fin de semana.

–¿Van a dar paseos románticos? –Dice Changmin sin pensar, con celos evidentes.

–Min…

–Lo siento, pero es que no puedo evitar pensar que deberíamos estar paseando nosotros.

–Primero, mi padre nos acompañará y segundo estaré todos los días pensando en ti.

–Mmmm…

–¿No me crees?

–Sí, pero que pasa si te entretienes, sé que me dijiste que era un aburrido, pero…

–Min, sí me entretengo y nos llevamos bien, realmente bien, le contaré de ti.

–¿Qué?, ¿de verdad?, ¿puedes hacerlo?

Jaejoong creía que Yuu podría convertirse en su amigo y en alguien de confianza y dependiendo de cómo se den las cosas, había pensado en contarle la verdad.

–Todo depende en cómo nos llevemos.

–Y si él quiere algo más contigo, después de todo para eso aceptó salir contigo.

–Todos estamos en esto por nuestros padres y sus negocios entre ellos.

–Tienes razón…

–Siempre la tengo.

Changmin sonríe. –Jae, perdón por ser una molestia, siempre quejándome y…

Jaejoong se apresura en interrumpirlo. –¿De qué estás hablando?, si intercambiáramos lugares yo sería peor.

Changmin ríe. –Creo que me lo puedo imaginar.

–Ya me habrías dejado por intenso.

–Eso jamás, no te dejaría por nada del mundo.

–Yo tampoco.

–Jae.

–Mmmm.

–Prométeme que no te enamorarás de ese tal bablabla, ya me olvidé de su nombre.

Jaejoong ríe. –Te lo prometo.

–Ya no hay vuelta atrás.

–Desde que te conocí ya no hay vuelta atrás.

–Ok, me convenciste.

Jaejoong vuelve a reír. –A propósito, ¿qué vas a hacer el fin de semana?

–No te había contado, hoy ocurrió algo increíble.

–¿Qué cosa?

–Con Junsu íbamos regresando de nuestro almuerzo a las oficinas y nos encontramos con un asalto.

–¿Qué?

–Eso, estaban asaltando a un hombre, con Junsu corrimos a ayudarlo y perseguí al asaltante hasta que soltó el maletín…

–¿Qué hiciste qué? –Jaejoong había levantado la voz interrumpiéndolo. También se había levantado de su cama.

–Me vas a regañar igual que Junsu, sólo quería ayudar.

–Pero, Min ¿estás bien?, ¿te hizo algo?

Jaejoong quería ir a verlo.

–No, estoy bien, él arrancaba de mí, lo tomé de la camiseta y cayó y así soltó el maletín del hombre.

–Pero Min, te podía haber ocurrido algo.

–Pero no pasó nada.

–Porque tuviste suerte, nunca hay que resistirse a los asaltos y menos intervenir en uno.

–No lo pensé, tenía que ayudar a ese hombre, además como estaba tan agradecido, nos invitó a pasar el fin de semana con él y su hijo que trabaja en la empresa, en una casa en la playa.

–¿En la playa también?... Wow, es decir que también pasearás… y con Junsu…

–Sí…

–Y me estabas reclamando hace un rato…

–No es lo mismo, Junsu es mi amigo.

–Muy cercano.

–Es mi mejor amigo, espera, no me digas que…

–Hacen todo juntos, trabajan en el mismo lugar se ven y conversan todos los días, almuerzan juntos y además ahora pasarán un fin de semana en la playa.

Changmin ríe. –No puedo creerlo, estás celoso, nunca me lo habías dicho.

–No estoy celoso…

–Lo estás, oh, Dios quiero verte ahora.

–Yo también quiero verte.

Ambos suspiran.

–Jae, con Junsu somos como hermanos, no quiero que te imagines nada extraño.

–Está bien, pero de todas formas no des paseo con él por la playa.

Changmin sigue sonriendo. De verdad le gustaría ver a su novio en esos momentos, jamás lo había visto celoso y se moría por hacerlo.

–Tampoco quiero colgar. –Dice Jaejoong viendo la hora, ya era muy tarde.

–No lo hagamos.

Jaejoong ríe. –Tenemos que dormir, mañana nos levantamos temprano.

–¿Podríamos vernos mañana?, en esa oficina de la otra vez, de verdad quiero verte.

–Podría arreglarlo.

–Por favor.

–Te aviso por mensaje mañana.

–Genial, de esta forma ahora podré dormir en paz.

–¿Soñaras conmigo?

–Como todas las noches.

–Mentiroso.

–¿No me crees?

–Mmmm…

–Todas las noches sueño contigo y en las mañanas cuando despierto en lo primero que pienso es en ti.
Jaejoong ríe. –Está bien, te creo.

–Ahora descansa y sueña también conmigo.

–Lo haré, un beso.

–Un beso para ti.

Después de despedirse unas diez veces más, ambos cuelgan con un suspiro. Si dependiera de ellos realmente estarían toda la noche hablando.

Jaejoong abre su carpeta de fotos y comienza a ver las fotos de Changmin, algo que hace cada noche. Cuando va a dejar su celular en la mesita de noche, este suena repentinamente. Era su padre.

–Sucede algo. –Le pregunta luego de saludar.

–Nada en especial, te fui a ver hoy a tu oficina, pero no estabas.

–Tuve una reunión con los Park.

–Me lo dijo tu secretaria.

–¿Ibas a decirme algo importante?

–No, pero después sí, pero…

–No entiendo.

–Olvídalo, te lo contaré cuando nos veamos.

–Está bien.

–Que descanses.

–Tú igual.

Jaejoong se sorprende un poco con la llamada tan tarde de su padre para desearle buenas noches. Sabía que su padre lo amaba, pero por lo general no era muy expresivo. Cansado se encoge de hombros y se mete bajo las sabanas. Espera soñar con Changmin y se queda dormido con una sonrisa al recordar la promesa de su novio de que soñaría con él.

*

Jaejoong estaba algo desconcentrado y uno de los ejecutivos se lo hace notar al mostrarle una firma que faltaba en los documentos que recién le había entregado.

–Sí, lo siento, lo firmo en seguida.

Se iba a reunir con Changmin en 5 minutos y quería salir corriendo a su encuentro. Despide al otro hombre y le informa a su secretaría que no estaría disponible por unos 10 minutos.
Sale de su oficina con prisa. Sin detenerse llega al lugar, mira para ambos lados del pasillo y entra a la oficina oscura. Changmin lo esperaba. Cierra la puerta con seguro y corre a los brazos de su amante.

–No sabes cuánto te he extrañado. –Le dice Changmin.

–Lo sé, el saber que no estaremos juntos estos días, lo hace todo peor.

Unen sus labios sin demora. Sólo unos pocos minutos les era permitido y no los desperdiciarían.
Cuando se separan, Jaejoong le dice. –Te llamaré cada vez que pueda.

–Yo también.

Se vuelven a besar y cuando finalmente se separan ya tienen que regresar a sus respectivas oficinas.

–No quiero soltarte.

–Mmmm…

Se besan otra vez. Cuando se separan, Jaejoong suspira. –Me debo ir.

–No…

Se vuelven a besar.

–Envíame fotos también. –Le pide Changmin, cuando se separan por quinata vez.

–Tú también.

Jaejoong se separa y le roba un último beso, antes de dirigirse a la puerta. Voltea para enviarle un beso, una sonrisa y desaparece del lugar. Changmin tiene que esperar unos cinco minutos para poder salir.

A pesar de que no se verán ese fin de semana, Changmin regresa con una sonrisa a trabajar, sólo unos minutos con su novio eran suficientes para subirle el ánimo y mejorar su día.

*

Ese sábado, se levanta temprano. La noche anterior preparó su bolso, así que la mañana sería relajada. Se ducha, se prepara el desayuno y ya está listo para partir. Acordaron con Junsu, que lo iría a buscar y se irían juntos en taxi a la estación. Tenían que tomar un tren para llegar.
El señor Kim, les había ofrecido enviarle un auto, pero ellos no quisieron causarle más gastos, por lo que no aceptaron. El hombre les dijo que no era problema, que no se preocuparan por el dinero, pero finalmente desistió.

Era un día soleado y todo auguraba que sería un viaje agradable. Sabía que iba a estar pensando todo el tiempo en su novio de paseo con ese desconocido, pero intentaría que sus preocupaciones no le impidan disfrutar su propio paseo.

Junsu como siempre está muy alegre y lo mantiene distraído en el trayecto. Llegan en una hora.
Preguntan al dueño de un negocio local donde queda la casa y se dirigen sin prisa, disfrutando del aire marino. No demoran en llegar y con la boca abierta observan la casa tras la inmensa reja que la rodea.

Era muy grande y hermosa. Moderna y lujosa. Se miran entre ellos y Changmin decide tocar el timbre. En segundos, se comienza a mover la reja por si sola y aparece un hombre que evidentemente era un empleado.

–Buenos días, un placer, déjenme ayudarlos. –El hombre es tan rápido y eficiente que sólo alcanzan a saludar y el hombre ya les da la espalda con ambos bolsos en cada una de sus manos.

Siguen al empleado mirando para todos lados, todo indicaba que el hombre al que ayudaron era un millonario.

–Tú no quisiste que nos enviara un auto. –Le dice Junsu sonriendo.

–Parecía alguien elegante, pero no imaginé que fuese así de millonario.

–Pasen por favor. –Les dice el empleado que parece un mayordomo. Ni Changmin ni Junsu habían visto uno en la vida real, así que suponían que lo era.

–Gracias. –Dicen ambos y entran maravillados.

El interior era más hermoso que el exterior.

–Bienvenidos. –Escuchan la voz del señor Kim.

Ambos lo saludan con una inclinación y le agradecen.

–Su casa es hermosa. –Dice Changmin.

–Gracias, pero aún no han visto nada, pero primero les quiero presentar a mi hijo, ahí viene con su amigo, llegaron hace poco también.

Si Changmin había quedado con la boca abierta por la impresionante casa, esta vez hasta sus ojos se abren por la inmensa sorpresa, el hijo del señor Kim era…

–Jae, hijo, ven a saludar a mis invitados.

Jaejoong reacciona de la misma forma que su novio que lo mira sin poder creerlo. Las coincidencias en su vida eran ya irrisorias y cada vez parecía que el destino estaba jugando con ellos.

–Y este es su amigo Yuu, es de Japón.

Changmin despierta de su sorpresa y creciente alegría, cuando su vista es desviada al hombre que se encuentra al costado de su novio. ¿Yuu? Ese no era el nombre que le había dicho Jaejoong, vuelve a mirar a su novio, esta vez con el ceño fruncido, ¿por qué le mintió?
Jaejoong sólo puede devolverle la mirada con evidente preocupación.



Afire Love. Capítulo 13

miércoles, 16 de enero de 2019

De nuevo me perdí en las obligaciones y no he podido escribir como he querido, en fin, mi idea es terminar pronto este fic porque aunque no lo parezca faltan pocos capítulos, quizas uno 5, no estoy segura, pero pronto lo estaré. Sin más demoras aquí el capítulo 13, espero lo difruten!


Capítulo 13: Obstáculos.




Los dedos que recorren su espalda le ocasionan una deliciosa sensación que no es nueva para él. Esos dedos han recorrido cada centímetro de su piel y las sensaciones que le provocan son incomparables. Cuando estos detienen su recorrido, Changmin abre los ojos. Estaba apoyado en su estómago con su rostro volteado al lado izquierdo y lo primero que ve es el hermoso rostro de su novio, quien tenía reflejada una igual de hermosa sonrisa.

–Buenos días. –Le dice con una sonrisa.

–Buenos días. –Le contesta Jaejoong.

–No te detengas. –Le pide ahora Changmin con un leve puchero.

Ahora Jaejoong ríe y se acerca para darle un suave y dulce beso en los labios.

–No puedo, debo irme.

–¿A dónde? –Pregunta Changmin, levantando su cabeza de la almohada, borrando su sonrisa y frunciendo el ceño. Hoy era sábado, uno de los pocos días que pueden estar juntos.

Jaejoong acerca su mano al ceño del otro para borrar con sus dedos la expresión arrugada en su frente, antes de contestar. –Mi padre acaba de llamar, quiere que lo visite.

–¿Por qué?, ¿ocurrió algo?

–No me dijo la razón, pero no es nada grave sino me lo habría dicho.

–¿No querrá…

Jaejoong sabe lo que va a decir su novio. –No, no me va a preparar más citas, eso ya terminó.

–Pero debes escoger a uno… –A Changmin aún le costaba similar aquella situación. Le parecía irreal que en la actualidad aún se realizaran citas a ciegas concertadas por los padres, pero las costumbres de la clase alta eran algo que jamás entendería.

–Sí, pero eso será más adelante.

–Pero tu padre querrá que los rumores se apaguen pronto.

Jaejoong suspira. –Lo sé, pero esto no es nuevo para mí, sé cómo manejar a mi padre, no debes preocuparte. –Le dice mientras le acaricia el rostro.

Changmin vuelve a apoyar su rostro sobre la almohada.

–Pero tendrás que escoger a alguien esta vez. –Insiste.

–Es verdad, pero es suficiente con darle el nombre y encontraré excusas para evitar las citas, estoy muy ocupado con el trabajo y mi padre tampoco permitirá que descuide mis obligaciones.

–¿A quién escogerás? –Pregunta de repente Changmin.

Jaejoong había retrasado esta conversación, pero ya no podía hacerlo más. Tampoco estaba seguro, había pensado en elegir con quien se había llevado mejor, pero esta persona había sido la que había mostrado más interés en él, por lo tanto, esto sería contraproducente. Así que lo más lógico es que escoja con quien menos tuvo conexión, y ese sería su tercera cita. Sería aburrido y tendría que soportar al hombre hablar de sí mismo por más tiempo, pero si tenía que hacerlo para distraer a su padre de su verdadera relación, haría lo que fuera.

–Al tercero.

–El que sólo habla de él. –Le dice Changmin con una leve sonrisa.

Jaejoong le había contado en detalle todas sus citas, con excepción de la última. Le había contado que fue una cita normal y que no se llevó particularmente bien con el hombre. Todo lo contrario a la realidad. Pero no quería que su novio se preocupara sin razón, después de todo no se estaba tomando muy bien esto de las citas, algo completamente normal, al fin y al cabo, nadie quiere que su novio esté saliendo con diferentes hombres, aunque estas sean inofensivas cenas. Se había puesto en el lugar de su novio y está seguro que él reaccionaria de la misma forma si las cosas fueran a la inversa.

–Ese mismo. –Le contesta con una sonrisa.

–Te iba a recomendar a ese.

Jaejoong ríe en esta ocasión. –Las mentes poderosas…

–Piensan igual. –Changmin completa la frase, mientras se le acerca para quedar casi encima y robarle un beso profundo.

–¿A qué hora volverás? –Le pregunta cuando se separa, sin querer hacerlo.

–Almorzaré con él, espero regresar antes de las 3.

–Te esperó aquí entonces.

–¿Me esperaras en la cama? –Le pregunta Jaejoong, quien esta vez junta sus labios para obtener otro sensual beso, que los deja sin aliento.

–Te esperaré como tú quieras. –Le contesta Changmin, quien se ubica ahora entre las piernas del otro hombre, quien las abre por completo y comienza a acariciar con su mano derecha su abdomen que está al descubierto, Jaejoong sólo vestía su ropa interior.

–Min… –Intenta reclamar el hombre que estaba debajo, pero este suena más parecido a un sexy gemido.

–¿Qué? –Dice Changmin fingiendo inocencia, pero sin detener su mano.

–Debo levantarme…

–Podríamos ducharnos juntos.

–No creo que tenga tiempo… –Jaejoong se calla cuando esa mano comienza a masajear uno de sus glúteos.

–Ok… hay tiempo… –Murmura Jaejoong antes de volver a derretirse en un beso que se prolonga por más tiempo del permitido. No es necesario por lo tanto mencionar que la ducha no fue diferente y finalmente Jaejoong llega bastante atrasado a la casa de su padre.

*

–¿Por qué tardaste? –Es el saludo del hombre mayor.

–Tuve problemas con el auto. –La excusa se le ocurrió a Changmin, mientras se besaban cuando se estaban despidiendo.

–Tuve que pedir que recalentaran la comida. –Le reclama el hombre.  

–Lo siento. –Es lo único que puede decir, de todas formas no estaba arrepentido, cada segundo junto a su novio era una bendición tan perfecta como escasa, por lo que jamás se arrepentiría de vivir los momentos más felices de su vida.

Sigue a su padre al comedor y toma lugar en el asiento habitual. El hombre mayor sirve el vino, mientras uno de sus empelados les sirve los platos. Luego de agradecer al empleado, Jaejoong tiene que preguntar lo obvio.

–Me vas a decir la razón de esta invitación tan repentina.

–Después, ahora comienza a comer antes de que se vuelva a enfriar.

Como Jaejoong estaba de muy buen humor, se ríe de lo que dice su padre, que era evidentemente una continuación de su reclamo y que le indica que no olvidará muy pronto su tardanza. Decide hacerle caso y disfrutar de la comida que lucía deliciosa.

El almuerzo transcurre tranquilamente, mientras conversan de sus respectivos negocios y ahora estaban disfrutando de una copa de un delicioso y añejo wiskey, con el cual Jaejoong se atora al escuchar las repentinas palabras de su padre.

–Supe que tú última cita resultó muy bien.

Cuando Jaejoong se recupera tiene que preguntar. –¿Qué?, ¿cómo podrías saber eso?

El hombre mayor lo observaba con una media sonrisa.

Al notar que su padre no le contestaría, Jaejoong con el ceño fruncido le dice. –Te equivocas, no fue nada especial, de hecho ya hice mi elección.

Ahora su padre lo observaba con una ceja levantada. –¿Y a quién escoges?

–Mi tercera cita.

–¿Cómo se llama?

Jaejoong no se había preparado para esta conversación, lo iba a hacer, pero se distrajo demasiado, pero de nuevo, no se arrepentía para nada. Hizo un esfuerzo mental y da con el apellido del hombre.

–Nobu Takuya. –Dice sin pestañear.

–¿Es el que más te agradó?

–Así es. –Dice Jaejoong con cara de póker. Él sabía mentir, pero con su padre tenía que realizar esfuerzos mayores.

–Pero recuerdo las fotos y no parecías muy entusiasmado con él.

–¿Fotos? –Jaejoong no debería realmente sorprenderse, pero no pudo evitar el enojo que comenzaba a surgir. –¿Me estabas espiando?

–Claro que no, contraté a alguien, yo no hago esas cosas.

Jaejoong se coloca de pie. –No tienes derecho a hacer tal cosa, ¿cuántas veces lo has hecho?

Esta nueva revelación era muy peligrosa, su relación secreta con Changmin estaba en peligro y si su padre lo descubría de esta forma… no quería siquiera pensarlo.

–No te exaltes. –Le dice el hombre cono si estuvieran hablando del clima y bebe otro sorbo de su vaso. –Sólo lo hice esta vez, para asegurarme que me hicieras caso.

–Esto es invasión a la privacidad y sabes que no puedes hacerlo, ser mi padre no te da ese derecho.
Finalmente, el hombre mayor se pone serio. –Tienes razón.

Jaejoong se apacigua un poco con esas palabras.

–Pero si no lo hubiera hecho, no sabría que me estás mintiendo.

–¿Qué quieres decir?

–Que con quien mejor te llevaste fue con Yuu, tú última cita.

–No puedo creerlo. –Dice Jaejoong, alterado otra vez. –No…

–Espera, déjame hablar, te prometo que no lo volveré a hacer, pero tienes que decirme la verdad ahora.

Jaejoong lo observa aún enfurecido. –Es verdad que nos llevamos bien, pero no con un interés romántico, creo que seríamos buenos amigos, por eso no lo escojo a él. –Esto en parte era verdad, le gustaría ser amigo del hombre.

–Ya veo, ¿pero es algo mutuo?

–Creo que sí.

–Pues creo que te equivocas.

–¿De qué hablas?, ¿cómo podrías saber qué es lo que piensa Yuu?

–Fácil, le pregunté.

–¿Qué hiciste qué? –Los nervios de Jaejoong estaban en su límite.

–Lo llamé y tuvimos una interesante conversación y le hice una invitación para que se conocieran mejor.

–Debes estar bromeando.

–Como me conoces muy bien, sabes que ese no es el caso.

–Tienes razón, pero desearía que estuvieras bromeando. –Jaejoong ya rendido sólo espera el siguiente golpe. Su padre lo puso entre la espada y la pared.

–No seas tan dramático, ¿no quieres saber que invitación le hice?

–Realmente no, porque no aceptaré, ¿no me dejarás decidir entonces?

–Siempre has decidido tú, ahora te estoy dando un empujoncito, el muchacho parece sincero y es atractivo, dale una oportunidad.

–Ese no fue el trato.

–No quedamos de acuerdo que harías más adelante, ahora estoy sugiriéndote lo que debes hacer.

–¿Sugiriéndome?, me tendiste una emboscada.

–De nuevo estás siendo dramático, que es eso de emboscadas, sólo lo invité a un fin de semana en la villa de Insadong.

–Dios… ¿un fin de semana? –Esta vez Jaejoong casi grita.

–Baja la voz. –Le advierte su padre.

–No tienes derecho a pedirme nada… no lo puedo creer… –Esto último lo dice para sí mismo, pasándose las manos por el rostro.

–De nuevo tu dramatismo, será una oportunidad para que se conozcan mejor y para que te des cuenta que es algo que puede funcionar.

De repente a Jaejoong se le ocurre algo. –¿Y por qué este interés tan repentino en Yuu?, planeas negocios con su padre, ¿verdad?

El hombre mayor se pone de pie. –Piensa lo que quieras, pero jamás dudes que mi principal objetivo en todo esto es conseguirte alguien que valga la pena, alguien con quien puedas formar un futuro sólido y no estés solo, independiente de callar esos rumores infundados.

Jaejoong lo observa al rostro. –Soy capaz de hacerlo solo, sé que me equivoqué una vez, pero debes confiar en mí.

–Yo te pido lo mismo.

Jaejoong suspira. –Es diferente, es mi vida…

–¿Tienes a alguien en mente, que yo no conozca? –Su padre ahora lo observa con evidente interés.
Jaejoong se queda mudo. 

Sí, lo tenía, había encontrado a su otra mitad… y se muerde la lengua para no decirlo en voz alta. Todavía no era el momento, tenía que consolidarse en su puesto, tenía que mostrarle al mundo, no sólo a su padre lo responsable y capaz que era para llevar en sus hombros tanta responsabilidad y después de eso les diría todo el que quisiera escuchar que tenía al ser más maravilloso a su lado, con quien quería compartir su vida, por lo que bajando la vista niega con la cabeza.

–Entonces no hay nada más que hablar, el plan se llevará a cabo como está planeado. Ahora bebe tu trago, que no has bebido casi nada.

Jaejoong toma asiento y bebe el contenido de su vaso de una sola vez. Lo necesitaba, ahora tenía que pensar como decirle a Changmin, que el siguiente fin de semana los únicos días en que podían estar juntos, se verían reducidos a cero, porque tenía un romántico fin de semana con otro hombre. Pasa nuevamente sus manos por sobre su rostro.

*

–Por fin llegas. –Le dice Changmin como saludo y sonriendo ampliamente.

Se había atrasado una hora más de lo calculado, intentó convencer a su padre que desistiera de la idea, pero lo único que consiguió fue que el hombre le “prometiera” quedarse todo el fin de semana con ellos. Esperaba que cumpliera su palabra, porque le advirtió que si iría del lugar sin despedirse si éste no lo hacía. No logró más y con la preocupación de cómo decirle esta nueva situación a su novio, llega al departamento donde éste lo esperaba ansioso.

Lo saluda con un fuerte abrazo y un profundo beso. Cuando se separan, Changmin exclama.

–Wow, si me vas a saludar de esta forma cada vez que vayas a ver a tu padre, no reclamaré tanto la próxima vez.

Jaejoong ríe. –Te extrañé, eso es todo.

–Yo también. –Le contesta el hombre, que ahora lo toma por la cintura y es quien captura los labios ajenos esta vez.

Sus labios se funden una vez más, en al ángulo perfecto, causando que ambos sintieran la habitual sensación de que se derretían.

–Ok, te creo… –Murmura Jaejoong cuando se separan.

Pero eso no dura mucho, porque se vuelven a besar casi en seguida.

*

Al día siguiente despiertan muy temprano. Jaejoong había planeado una cita especial, como era invierno, estuvo buscando por internet unas cabañas disponibles. No podían ir a los complejos más concurridos, pero querían esquiar, ambos sabían hacerlo y no lo habían hecho por algún tiempo. Finalmente encontraron uno muy discreto, poco concurrido y no necesitaban reservar. La única desventaja era la lejanía, de todas formas, si no les daba confianza, una vez lleguen se irían. Afortunadamente sus dudas son disipadas en cuanto llegan, el lugar era perfecto. Las cabañas estaban bastante separadas, había una familia en la más cercana y el resto de personas que estaban en el centro de esquí sólo estaban por el día. Por lo que disfrutaron las horas de esquí, antes de almuerzo y después de este.

Cuando llega la hora de la cena están agotados, pero felices. Habían pasado un gran día juntos en la nieve. Piden la comida y mientras la esperan se dan una ducha juntos.

–No deberíamos… estar haciendo esto… ahora… la cena… está por llegar…

Jaejoong murmura entre gemidos ahogados, ya que su novio lo tenía apoyado firmemente contra la pared, con una de sus piernas de la misma forma pegada contra la pared, su novio la apresaba fuertemente con una de sus grandes manos, para darle más acceso a su entrepierna. Le succionaba sin piedad su pene, en toda su extensión, Jaejoong podía sentir su lengua enrollarse en este, su suave garganta envolverlo, más el calor que lo hacía sentir derretir, todo sumado a dos de sus dedos que habían comenzado a penetrarlo, encontrando sin demora su próstata. Todo era enloquecedor y su corrida no tarda en llegar y el orgasmo lo invade sin piedad, recorriendo su cuerpo por completo.

–Ah… ah… ah… –Es la respiración agitada que inunda el baño ahora.

–De esta forma… –Le dice Changmin mientras se endereza para tomarlo en sus brazos, para continuar hablando. –… estaré algo satisfecho y no me comeré toda la cena, siempre te quejas que como mucho…

–Min… –Le dice Jaejoong riendo, mientras lo abraza también. Era un intento de reclamo por su descaro.

Changmin se comportaba completamente diferente en la intimidad. Su personalidad reservada y algo tímida desaparecía en cuanto estaban juntos en los escasos momentos en que podían dar rienda suelta a la pasión que despertaban entre ellos. Estar junto a ese hombre era como estar sobre una montaña rusa de la cual no quería bajar.

Por suerte, cuando la cena finalmente llega, ellos ya están cubiertos con sus batas con los cabellos algo humedecidos, pero con sus cuerpos secos. Colocan una manta sobre el suelo al frente de la chimenea encendida y colocan los platos y cubiertos, junto con la comida, más dos copas y una botella de champagne. Una velada romántica perfecta.

Se sientan muy juntos y se alimentan entre ellos. Riendo terminan pronto, más que por el hambre que tenían, lo hicieron porque comenzaron a darse pequeños besos entre los bocados, que fueron seguidos por caricias sobre la ropa y pronto estas son por debajo.

Jaejoong quería hablar de la pésima noticia que tenía que contarle a su novio, pero se olvida por completo una vez éste empieza meter sus manos bajo la bata. Jaejoong se acerca por completo, de rodillas se coloca al frente de su novio para hacer lo mismo, mete sus manos por la parte de arriba de la prenda y acaricia la caliente piel a su disposición.

Se abren las batas en el proceso, mientras sus manos no se detienen y continúan acariciando la piel ajena, quedando con los torsos prácticamente desnudos.

Changmin no pierde tiempo y ataca uno de sus pezones que estaba a la altura de su rostro. Jaejoong lo abraza por el cuello y lo presiona contra su cuerpo. El estímulo de la lengua sobre su cuerpo ya lo tenía temblando de pies a cabeza.

Changmin toma sus caderas y lo acerca aún más para que Jaejoong lo rodee con sus piernas. En esta posición ahora si estaban completamente unidos. Changmin suelta el ya ahora abusado pezón para dirigir su boca y lengua a la del otro que lo estaba esperando, mientras sus manos ahora suben para cubrir ambos pezones y seguir abusando de ellos, pero ahora con sus dedos.

–Chang… ngh… ah… ah… –Jaejoong no puede hablar, todo lo que sale de su boca son gemidos de placer. Quería decirle a su amante que se quite las bata o al menos que la abra por completo, porque mientras él estaba con su parte inferior expuesta por la posición, podía sentir la fricción del material de la bata en su entrepierna, claro sentía la erección de éste, pero no era suficiente. Para su suerte Changmin lo entiende y baja su mano derecha para abrir su bata, pero no puede quitársela. La urgencia era demasiada.

Sus labios se ven obligados a separarse porque Jaejoong ahora tiene que separarse un poco, sostener el miembro expuesto de su novio y alinearlo con su entrada que ya estaba preparada desde la ducha. Se sienta lentamente en este y ambos gimen fuertemente cuando la unión es completa.

Jaejoong comienza a moverse lentamente, disfrutando cada segundo la sensación de tener a su amante dentro suyo. Changmin besa su cuello, sus hombros, nuevamente mete un pezón dentro de su boca para seguir pronto con el otro. Jaejoong acaricia con sus manos sus hombros, su cabello, su espalda y aumenta la velocidad ocasionando que Changmin comience a moverse también para acelerar su encuentro.

Completamente abrazados, gimiendo, besando la piel a disposición, no dejan de moverse, para alcanzar el tan ansiado orgasmo, que no tarda en llegar. Entre gemidos y gritos, Changmin se corre fuertemente y entierra su rostro en el cuello ajeno, mientras sus manos hacen lo mismo con la espalda de su amante. Éste se corre unos segundos después y quedan fuertemente abrazados por unos segundos, hasta que sus respiraciones se acompasan.

Sonrientes y satisfechos se dirigen a la cama, donde no dormirán por unas horas más.
Al día siguiente aún en la cama, el tema que Jaejoong estaba evitando resurge.

–Jae, ¿qué haremos el otro fin de semana? o mejor… déjame planearlo a mí. –Dice Changmin entusiasmado con la idea repentina.

Jaejoong quien tenía apoyada su cabeza en el pecho del otro, tiene que levantarla para mirarlo a los ojos.

–Ah, sobre eso, tengo que decirte algo...



 
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