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Afire Love. Capítulo 14

viernes, 10 de mayo de 2019


Un nuevo capítulo, cada vez faltas menos, espero tengan paciencia por las demoras, pero espero actualizar pronto, espero lo disfruten!

Capítulo 14: Invitación.




A estas alturas Junsu ya no se molestaba en repetir el nombre de su amigo cuando éste no le contestaba la primera vez, ya estaba acostumbrado a su estado de ensoñación, por lo que su segundo intento para llamar su atención es con un ligero golpe en el hombro. Su amigo casi salta en su lugar. Junsu ríe.

–Me asustaste. –Le reclama en vano, está seguro que su amigo no está arrepentido.

–Es la única forma en que me prestes atención.

Changmin sólo sigue caminando, regresaban al trabajo luego de la hora de almuerzo. Sus pensamientos estaban en otro sitio, como había sido la costumbre estas ultimas semanas, pero en esta ocasión, no eran pensamientos felices.

Se había enterado hace unos días por boca de su novio que no pasarían el fin de semana siguiente juntos, pero lo peor no era eso.

Con un suspiro mira a su amigo que le quería decir algo.

–Te escucho.

–Estás más distraído que de costumbre, ¿sucede algo?

Changmin niega con la cabeza. El que suspira ahora es Junsu.

–¿Cuándo vamos a salir?, recuerda que me debes una invitación.

–Tienes razón, cuando tú quieras.

–Hoy.

–¿Hoy?, pensé que querrías salir el fin de semana. –Desafortunadamente estaba libre, piensa Changmin con amargura.

–Hoy es jueves, casi fin de semana.

–Está bien. –Dice Changmin, después de todo se lo debía a su amigo.

En ocasiones se sentía muy culpable por estar ocultándole algo tan importante como su relación. Junsu era su mejor amigo y siempre había estado a su lado cuando lo ha necesitado. La próxima vez conversará con Jaejoong para hablar de este tema. Le gustaría decirle a su amigo toda la verdad.

Cuando iban a cruzar una calle no muy transitada, algo llama la atención de Changmin. Estaban en un lugar no muy lejano del edificio donde trabajaban. Habían decidido comer en otro lugar, fuera del edificio y del restaurant más cercano, principalmente por las malas experiencias anteriores, no querían encontrarse con colegas mal hablados una vez más. El lugar se ubicaba en las calles paralelas a la principal donde ese encontraba el imponente e importante edificio donde trabajaban. Unas de estas estaban cruzando cuando Changmin ve algo que lo deja paralizado por un segundo.

Desde su posición podía ver la espalda de un hombre vestido elegantemente forcejear con otro, cuyo aspecto era lo opuesto. Era un asalto. El delincuente pretendía quitarle el maletín al hombre mayor y casi por instinto corre en esa dirección.

Junsu que miraba hacía el frente nota que su amigo empieza a correr y ni siquiera le alcanza a preguntar que sucede por la rapidez de éste y sólo lo puede seguir, pronto se da cuenta que es lo que está sucediendo.

No alcanza a llegar antes de que el delincuente le quite el maletín a la víctima y comience a correr.
Junsu le grita que no lo persiga, pero Changmin continúa haciéndolo. Cuando cree que lo va a perder, agradece que el otro doble en una esquina, porque esto hace que disminuya la velocidad. Changmin con sus piernas largas finalmente logra darle alcance y estira su mano para tomar su camiseta, el otro hombre pierde el equilibrio y cae al suelo tirando el maletín. Changmin también cae y cuando puede levantar la vista, ve al asaltante ponerse de pie como puede y huir velozmente una vez más. 

Changmin, muy sudado y respirando entrecortadamente se alegra al menos de haber recuperado el maletín. Se levanta, lo toma y regresa rápidamente a donde se debe encontrar el dueño. Se apresura los últimos pasos al ver al hombre mayor y a su amigo con expresión preocupada.

–Lamentablemente no pude detenerlo, pero recuperé su maletín. –Le dice en cuanto llega.

–Oh, no sabes cuánto te lo agradezco. –Le dice el hombre sorprendido. –Pensé que ya lo había perdido.

Junsu se le acerca y le da un palmetazo en el brazo. –No vuelvas a hacer algo así, fue muy peligroso.
Changmin dice auch y se soba la parte golpeada, causando la risa del tercer hombre.

–Tu amigo tiene razón, fue muy peligroso, pero te lo agradezco enormemente, tengo papeles muy importantes aquí.

–No hay de qué, quizás deba dejar una denuncia, lo acompañamos, la verdad no sé qué se hace en estos casos…

–No te preocupes, después de todo nada me robaron y el asaltante se escapó.

–Tiene razón. –Dice Changmin.

–Es muy osado asaltar a la luz del día. –Interviene Junsu.

–Es verdad, tomaré resguardos a partir de ahora, de nuevo muchas gracias.

Ambos jóvenes insisten en que no debe agradecerles y finalmente deciden despedirse.

–Tenemos que volver al trabajo. –Dice Changmin.

–Antes de que se vayan, me gustaría saber sus nombres, me gustaría agradecerles de alguna forma.

–No se preocupe por eso, mi nombre es Shim Changmin y él es Kim Junsu.

–Mucho gusto. –Los saluda amablemente el hombre mayor y les tiende la mano. –Kim Dae hyun.
Se presenta con una sonrisa.

–No tiene que agradecernos de ninguna forma. –Vuelve a decir Changmin antes de despedirse.

–Yo creo que sí, miren tomen mi tarjeta y si necesitan cualquier cosa, me pueden contactar.

Los dos jóvenes la reciben, las guardan en sus bolsillos y luego de una reverencia finalmente se despiden y se dirigen al edificio donde trabajan.

–Eres un tonto, no vuelvas nunca a hacer algo así. –Lo comienza a regañar su amigo.

–Tenía que ayudarlo.

–Con espantar al ladrón era suficiente.

–No lo pensé, lo siento.

–Eres muy impulsivo, algún día no tendrás tanta suerte.

–No seas dramático. –Sonríe Changmin.

Junsu le vuelve a pegar en el brazo y escuchan una risa conocida detrás suyo. Ambos voltean, era el señor Kim.

–No me digan que trabajan aquí.

–¿Usted también? –Pregunta Changmin, sorprendido.

–No, vengo a ver a mi hijo que trabaja aquí.

–Oh, que coincidencia. –Ambos muchachos sonríen.

Toman el ascensor juntos.

–¿A qué piso van?

–Al cuarto. –Contesta Junsu.

–Yo voy más arriba. –Dice apretando los botones del cuarto y séptimo piso.

–¿Saben? –Dice de repente el hombre. –Se me acaba de ocurrir una idea.

Los hombres jóvenes lo miran atentamente.

–Los invito a mi casa.

–No queremos molestar. –Empieza a decir Changmin.

–No es ninguna molestia, tengo una casa en la playa, es un lugar muy hermoso, el fin de semana la pasaremos con mi hijo, es una casa muy grande y el lugar también, me encantaría que fueran.
Changmin y Junsu se miran entre ellos. La verdad es que sonaba bastante bien. Changmin estará libre y no quería imaginar lo que estaría haciendo su novio ese fin de semana.

–No tienen que contestarme de inmediato, piénsenlo bien y me llaman al número de mi tarjeta.
Justo en ese momento el ascensor llega a su piso.

–Lo llamamos entonces.

Se despiden y salen del ascensor.

–¿Qué te parece? –Le pregunta Junsu.

–Me parece una idea genial.

–A mí también.

–Entonces vamos.

–Sí, vamos.

–Oye ahora que lo pienso, el señor Kim, ¿no te parece familiar?

–Sí, ahora que lo mencionas, creo que debe ser porque su hijo trabaja aquí, lo tenemos que haber visto antes, ¿no crees?

–Tienes razón.

Ambos se olvidan del asunto y contentos se dirigen su oficina para volver al trabajo, la verdad es que llegaban cinco minutos atrasados y esperaban que su superior no lo notara.

*

–¿Ya estás en casa?

–Sí, acabo de cenar, ¿y tú?

–Yo también.

–¿Cenaste bien?, ¿te prepararse o pediste algo?

–No tenía mucha hambre, comí un sándwich.

–Sabes que debes comer bien.

–No me regañes.

–No lo hago, sólo quiero que estés saludable.

–Lo estoy.

–Lo sé, pero no quiero que enfermes, quiero que comas todas tus comidas, trabajas mucho y debes cuidarte.

–Lo haré, te lo prometo, comeré algo más cuando terminemos de hablar.

–Pero eso será en una hora al menos, come algo ahora.

–Tienes razón, se me antoja alguna fruta.

Jaejoong se levanta de la cama y va en busca de unas frutillas que estaban en su refrigerador.

–Tengo unas frutillas y ya me las estoy comiendo.

–Que bien, luego come algo más.

–¿Sabes que ya tengo un padre? –Le reclama con un puchero, que aunque no lo vea, Changmin se lo está imaginando.

–Sí, y también un novio que se preocupa por ti.

Jaejoong suspira una vez deja la fuente con frutillas en su mesilla de noche y se tiende nuevamente en la cama.

–Quisiera que estuvieras aquí, a mi lado.

–Yo también… pero no te pongas triste.

–Es que… no nos veremos por muchos días y no puedo evitar ponerme triste.

–Podríamos arreglar algo durante la otra semana, vernos por una noche.

–Tienes razón, hagámoslo.

–Ya estaba acostumbrado a verte todos los fines de semana, es muy extraño no hacerlo esta vez.

–Lo sé y lo siento…

–No es tu culpa.

–De alguna forma la es.

–Claro que no, si quieres culpar a alguien es a mí.

–No, mejor culpemos a mi padre.

–O podríamos culpar al tipo con que irás de paseo, a propósito, no me has dicho como se llama.

–¿Quieres saberlo?

–Claro, para culparlo de que no te pueda ver estos días.

Jaejoong le dice el nombre sin pensar. –Takuya.

Debería haberle dicho el cambio obligado que debió aceptar, después de todo Changmin no conocía a ninguno de ellos, pero como quería ocultarle que su padre cambió su elección o más bien no le permitió elegir, inconscientemente soltó el nombre del que habían hablado originalmente.

–Lo recordaré para maldecirlo.

Jaejoong ríe. –Está bien, pero no tienes que hacerlo.

–Lo haré de todas formas porque ya te extraño.

–Yo también.

–Pero no me dijiste que harán el fin de semana.

–Mi padre tiene una casa en la playa y ahí pasaremos todo el fin de semana.

–¿Van a dar paseos románticos? –Dice Changmin sin pensar, con celos evidentes.

–Min…

–Lo siento, pero es que no puedo evitar pensar que deberíamos estar paseando nosotros.

–Primero, mi padre nos acompañará y segundo estaré todos los días pensando en ti.

–Mmmm…

–¿No me crees?

–Sí, pero que pasa si te entretienes, sé que me dijiste que era un aburrido, pero…

–Min, sí me entretengo y nos llevamos bien, realmente bien, le contaré de ti.

–¿Qué?, ¿de verdad?, ¿puedes hacerlo?

Jaejoong creía que Yuu podría convertirse en su amigo y en alguien de confianza y dependiendo de cómo se den las cosas, había pensado en contarle la verdad.

–Todo depende en cómo nos llevemos.

–Y si él quiere algo más contigo, después de todo para eso aceptó salir contigo.

–Todos estamos en esto por nuestros padres y sus negocios entre ellos.

–Tienes razón…

–Siempre la tengo.

Changmin sonríe. –Jae, perdón por ser una molestia, siempre quejándome y…

Jaejoong se apresura en interrumpirlo. –¿De qué estás hablando?, si intercambiáramos lugares yo sería peor.

Changmin ríe. –Creo que me lo puedo imaginar.

–Ya me habrías dejado por intenso.

–Eso jamás, no te dejaría por nada del mundo.

–Yo tampoco.

–Jae.

–Mmmm.

–Prométeme que no te enamorarás de ese tal bablabla, ya me olvidé de su nombre.

Jaejoong ríe. –Te lo prometo.

–Ya no hay vuelta atrás.

–Desde que te conocí ya no hay vuelta atrás.

–Ok, me convenciste.

Jaejoong vuelve a reír. –A propósito, ¿qué vas a hacer el fin de semana?

–No te había contado, hoy ocurrió algo increíble.

–¿Qué cosa?

–Con Junsu íbamos regresando de nuestro almuerzo a las oficinas y nos encontramos con un asalto.

–¿Qué?

–Eso, estaban asaltando a un hombre, con Junsu corrimos a ayudarlo y perseguí al asaltante hasta que soltó el maletín…

–¿Qué hiciste qué? –Jaejoong había levantado la voz interrumpiéndolo. También se había levantado de su cama.

–Me vas a regañar igual que Junsu, sólo quería ayudar.

–Pero, Min ¿estás bien?, ¿te hizo algo?

Jaejoong quería ir a verlo.

–No, estoy bien, él arrancaba de mí, lo tomé de la camiseta y cayó y así soltó el maletín del hombre.

–Pero Min, te podía haber ocurrido algo.

–Pero no pasó nada.

–Porque tuviste suerte, nunca hay que resistirse a los asaltos y menos intervenir en uno.

–No lo pensé, tenía que ayudar a ese hombre, además como estaba tan agradecido, nos invitó a pasar el fin de semana con él y su hijo que trabaja en la empresa, en una casa en la playa.

–¿En la playa también?... Wow, es decir que también pasearás… y con Junsu…

–Sí…

–Y me estabas reclamando hace un rato…

–No es lo mismo, Junsu es mi amigo.

–Muy cercano.

–Es mi mejor amigo, espera, no me digas que…

–Hacen todo juntos, trabajan en el mismo lugar se ven y conversan todos los días, almuerzan juntos y además ahora pasarán un fin de semana en la playa.

Changmin ríe. –No puedo creerlo, estás celoso, nunca me lo habías dicho.

–No estoy celoso…

–Lo estás, oh, Dios quiero verte ahora.

–Yo también quiero verte.

Ambos suspiran.

–Jae, con Junsu somos como hermanos, no quiero que te imagines nada extraño.

–Está bien, pero de todas formas no des paseo con él por la playa.

Changmin sigue sonriendo. De verdad le gustaría ver a su novio en esos momentos, jamás lo había visto celoso y se moría por hacerlo.

–Tampoco quiero colgar. –Dice Jaejoong viendo la hora, ya era muy tarde.

–No lo hagamos.

Jaejoong ríe. –Tenemos que dormir, mañana nos levantamos temprano.

–¿Podríamos vernos mañana?, en esa oficina de la otra vez, de verdad quiero verte.

–Podría arreglarlo.

–Por favor.

–Te aviso por mensaje mañana.

–Genial, de esta forma ahora podré dormir en paz.

–¿Soñaras conmigo?

–Como todas las noches.

–Mentiroso.

–¿No me crees?

–Mmmm…

–Todas las noches sueño contigo y en las mañanas cuando despierto en lo primero que pienso es en ti.
Jaejoong ríe. –Está bien, te creo.

–Ahora descansa y sueña también conmigo.

–Lo haré, un beso.

–Un beso para ti.

Después de despedirse unas diez veces más, ambos cuelgan con un suspiro. Si dependiera de ellos realmente estarían toda la noche hablando.

Jaejoong abre su carpeta de fotos y comienza a ver las fotos de Changmin, algo que hace cada noche. Cuando va a dejar su celular en la mesita de noche, este suena repentinamente. Era su padre.

–Sucede algo. –Le pregunta luego de saludar.

–Nada en especial, te fui a ver hoy a tu oficina, pero no estabas.

–Tuve una reunión con los Park.

–Me lo dijo tu secretaria.

–¿Ibas a decirme algo importante?

–No, pero después sí, pero…

–No entiendo.

–Olvídalo, te lo contaré cuando nos veamos.

–Está bien.

–Que descanses.

–Tú igual.

Jaejoong se sorprende un poco con la llamada tan tarde de su padre para desearle buenas noches. Sabía que su padre lo amaba, pero por lo general no era muy expresivo. Cansado se encoge de hombros y se mete bajo las sabanas. Espera soñar con Changmin y se queda dormido con una sonrisa al recordar la promesa de su novio de que soñaría con él.

*

Jaejoong estaba algo desconcentrado y uno de los ejecutivos se lo hace notar al mostrarle una firma que faltaba en los documentos que recién le había entregado.

–Sí, lo siento, lo firmo en seguida.

Se iba a reunir con Changmin en 5 minutos y quería salir corriendo a su encuentro. Despide al otro hombre y le informa a su secretaría que no estaría disponible por unos 10 minutos.
Sale de su oficina con prisa. Sin detenerse llega al lugar, mira para ambos lados del pasillo y entra a la oficina oscura. Changmin lo esperaba. Cierra la puerta con seguro y corre a los brazos de su amante.

–No sabes cuánto te he extrañado. –Le dice Changmin.

–Lo sé, el saber que no estaremos juntos estos días, lo hace todo peor.

Unen sus labios sin demora. Sólo unos pocos minutos les era permitido y no los desperdiciarían.
Cuando se separan, Jaejoong le dice. –Te llamaré cada vez que pueda.

–Yo también.

Se vuelven a besar y cuando finalmente se separan ya tienen que regresar a sus respectivas oficinas.

–No quiero soltarte.

–Mmmm…

Se besan otra vez. Cuando se separan, Jaejoong suspira. –Me debo ir.

–No…

Se vuelven a besar.

–Envíame fotos también. –Le pide Changmin, cuando se separan por quinata vez.

–Tú también.

Jaejoong se separa y le roba un último beso, antes de dirigirse a la puerta. Voltea para enviarle un beso, una sonrisa y desaparece del lugar. Changmin tiene que esperar unos cinco minutos para poder salir.

A pesar de que no se verán ese fin de semana, Changmin regresa con una sonrisa a trabajar, sólo unos minutos con su novio eran suficientes para subirle el ánimo y mejorar su día.

*

Ese sábado, se levanta temprano. La noche anterior preparó su bolso, así que la mañana sería relajada. Se ducha, se prepara el desayuno y ya está listo para partir. Acordaron con Junsu, que lo iría a buscar y se irían juntos en taxi a la estación. Tenían que tomar un tren para llegar.
El señor Kim, les había ofrecido enviarle un auto, pero ellos no quisieron causarle más gastos, por lo que no aceptaron. El hombre les dijo que no era problema, que no se preocuparan por el dinero, pero finalmente desistió.

Era un día soleado y todo auguraba que sería un viaje agradable. Sabía que iba a estar pensando todo el tiempo en su novio de paseo con ese desconocido, pero intentaría que sus preocupaciones no le impidan disfrutar su propio paseo.

Junsu como siempre está muy alegre y lo mantiene distraído en el trayecto. Llegan en una hora.
Preguntan al dueño de un negocio local donde queda la casa y se dirigen sin prisa, disfrutando del aire marino. No demoran en llegar y con la boca abierta observan la casa tras la inmensa reja que la rodea.

Era muy grande y hermosa. Moderna y lujosa. Se miran entre ellos y Changmin decide tocar el timbre. En segundos, se comienza a mover la reja por si sola y aparece un hombre que evidentemente era un empleado.

–Buenos días, un placer, déjenme ayudarlos. –El hombre es tan rápido y eficiente que sólo alcanzan a saludar y el hombre ya les da la espalda con ambos bolsos en cada una de sus manos.

Siguen al empleado mirando para todos lados, todo indicaba que el hombre al que ayudaron era un millonario.

–Tú no quisiste que nos enviara un auto. –Le dice Junsu sonriendo.

–Parecía alguien elegante, pero no imaginé que fuese así de millonario.

–Pasen por favor. –Les dice el empleado que parece un mayordomo. Ni Changmin ni Junsu habían visto uno en la vida real, así que suponían que lo era.

–Gracias. –Dicen ambos y entran maravillados.

El interior era más hermoso que el exterior.

–Bienvenidos. –Escuchan la voz del señor Kim.

Ambos lo saludan con una inclinación y le agradecen.

–Su casa es hermosa. –Dice Changmin.

–Gracias, pero aún no han visto nada, pero primero les quiero presentar a mi hijo, ahí viene con su amigo, llegaron hace poco también.

Si Changmin había quedado con la boca abierta por la impresionante casa, esta vez hasta sus ojos se abren por la inmensa sorpresa, el hijo del señor Kim era…

–Jae, hijo, ven a saludar a mis invitados.

Jaejoong reacciona de la misma forma que su novio que lo mira sin poder creerlo. Las coincidencias en su vida eran ya irrisorias y cada vez parecía que el destino estaba jugando con ellos.

–Y este es su amigo Yuu, es de Japón.

Changmin despierta de su sorpresa y creciente alegría, cuando su vista es desviada al hombre que se encuentra al costado de su novio. ¿Yuu? Ese no era el nombre que le había dicho Jaejoong, vuelve a mirar a su novio, esta vez con el ceño fruncido, ¿por qué le mintió?
Jaejoong sólo puede devolverle la mirada con evidente preocupación.



 
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