Capítulo 2: Inesperado.
Al final Changmin hizo lo más sensato para él en ese momento,
salir corriendo de su taller, para después sentirse el ser más estúpido en la
tierra, ya que era imposible que fuese un fantasma-no solo porque él no cree en
fantasmas- sino porque además recordó la visita que tenía su vecina desde la
mañana y lo más probable es que haya sido él. Luego de sentirse estúpido
comenzó a sentir la vergüenza, obviamente el nieto lo vio mirándolo y quizás
que esté pensando ahora, que es un voyerista pervertido o quizás un acosador,
ahora definitivamente no quiere conocerlo. Piensa Changmin antes de darse un
cabezazo en la pared, que por cierto le dolió bastante.
*
Luego de vestirse sin dejar de mirar de vez en cuando hacia la
ventana vecina, Jaejoong se dirige a la cocina dónde lo espera su abuela con
muchas exquisiteces preparadas exclusivamente para él, ya que estaban sus
platillos favoritos.
-Sabes cuánto te amo ¿cierto? -Dijo Jaejoong con casi
lágrimas en sus ojos, se sentía estúpido por haberse deprimido después de su
ruptura amorosa y haber dejado de alimentarse bien, ahora iba a aprovechar no
solo la comida, sino también todo el amor que siempre sintió en las cosas que
le preparaba su abuela.
-Si lo sé, porque me lo dices y demuestras siempre que
puedes, así que claro que lo sé. -Dijo con profundo afecto su abuela.
Jaejoong no dijo nada porque estaba seguro que si decía algo
comenzaría a llorar, por lo que optó por besarla y empezar a comer.
Cuando al fin sintió que podía hablar preguntó inmediatamente.
-Abue, ¿Alguien vive en la casa vecina?
-Oh claro, no te había contado, vive una pareja maravillosa.
-¿Una pareja? -Jaejoong no supo porque eso le molestó un
poco, quizás fue por la forma en que lo miró ese hombre, sabiendo que tiene una
esposa y el detesta a los infieles. “Pero
en que estoy pensando, fue solo un segundo, como pude saber la forma en que me
miraba, quizás fue sólo mi imaginación, después de todo, las casas tienen
varios metros de separación, lo más seguro es que estoy alucinando”. Pensó
Jaejoong antes de preguntar.
-¿Cómo se llaman?
-Changmin y Junsu. -Respondió con una gran sonrisa en el
rostro su abuela.
-¿Son hombres? -Preguntó asombrado Jaejoong
-Claro.
-¿Y te parece bien?
-Por supuesto, ¿Por qué tendría que parecerme mal?
-Porque ya sabes, los abuelos son…, no sé cómo decirlo
¿antiguos?
Su abuela solo se pudo reír con ganas.
-Entonces no me conoces lo suficiente para saber que yo no
soy como todos los abuelos y algunos padres que no apoyan a sus hijos, por
supuesto.
-Claro que sé que eres la mejor de todos, pero hasta ahora
no sabía que tanto.-Esto lo dijo Jaejoong con total seriedad. Nunca había
querido hablar con su abuela acerca de sus preferencias, no porque pensara que ella
lo fuera a rechazar o algo por el estilo, sino más bien porque no quería
decepcionarla y preocuparla, por lo que prefirió siempre hablar muy a la ligera
de su vida amorosa y además la amable mujer nunca lo presionó.
En ese momento lo tomó de la mano y le dio un pequeño apretón,
pero él aún no estaba preparado para hablar, por lo que prefirió seguir preguntando
acerca de los vecinos, que por cierto le intrigaban mucho.
-Cuéntame más de los vecinos. -Dijo Jaejoong con auténtica
curiosidad que su abuela pudo percibir.
-Me olvidaba de lo chismoso que te colocas a veces. -Le dijo
riendo.
-No es de chismoso, es pura curiosidad. -Dijo Jaejoong con
ese adorable puchero que desde pequeño lo hacía conseguir las cosas que quería
y que hasta ahora no perdía ese poder, al menos con su abuela.
-Está bien te contaré, pero principalmente porque quiero que
los conozcas, como Junsu suele estar en casa, paso mucho tiempo con el adorable
muchacho, además les he hablado mucho de ti y querrán conocerte.
-Espero que no les hayas contado mis historias vergonzosas. -Preguntó
con preocupación Jaejoong.
-Por supuesto, eso es lo primero que cuento. -Le contestó
con travesura su abuela.
-Sabes, no creo que estés mintiendo, pero no importa. -Contestó
con resignación. -Ahora cuéntame de ellos.
-Esta bien, no te pongas impaciente, por dónde empiezo.
Bueno, ellos llegaron hace poco más de un año, creo que unas semanas después de
que te fueras. -Continuó su abuela con un dejo de tristeza.- La primera vez que
los vi sentí mucha pena, pero no solo por la condición en la que estaba ese
pobre muchacho, sino también por lo desorientados que parecían, no sé cómo
explicarme, no es que no supieran dónde estaban, Changmin creció en esa casa. -Creo
que te entiendo abuela, pero, ¿de qué condición hablas?- Lo interrumpió su
nieto. -Espera, déjame continuar, recuerdo que estuvieron haciendo arreglos en
la casa, así que asumí que eran para ampliarla, porque una familia grande se
mudaría, estaba contenta, me imaginé niños por doquier, tú sabes cómo me gustan.
-Claro que lo sé, me acuerdo que mamá se quejaba de que
siempre le pedías más nietos. -Recordó con cariño Jaejoong.
-Pero igual no me hizo caso.- Reclamó la abuela, aunque
también con cariño en su voz.
-Bueno, volviendo al tema, el día en que llegaron, solo los
vi de lejos no quise molestarlos y espere hasta que estuvieran instalados para
darles mi bienvenida. Cuando los fui a visitar, solo Junsu estaba en casa, hace
poco que estaba en silla de ruedas, así que aún no se manejaba muy bien, por lo
mismo Changmin intentaba estar fuera el menor tiempo posible. -Jaejoong hizo
ademán de querer preguntar algo, pero antes de que la interrumpiera, su abuela
dijo –Déjame terminar y después me preguntas lo que quieras.
Cuando Jaejoong quiso hacer un puchero su abuela también lo
detuvo. – ¿Es un acuerdo? -Esta bien. -Dijo Jaejoong resignado, quería saberlo
todo.
-Bien, continúo entonces, al principio no quise entrometerme
y no pregunté nada acerca del porqué de su discapacidad, así que intenté acompañarlo
y ayudarlo en lo que pudiera, ya sabes me parecieron dos buenos chicos, muy
amables y cariñosos, pero se notaba de lejos que se sentían muy solos y
cargaban un gran peso en sus hombros. Con el tiempo Junsu comenzó a abrirse un
poco más conmigo y me contó que quedó paralítico luego de un accidente de auto,
que después de eso se quería morir y que si no hubiese sido por Changmin, el
jamás podría haber salido de la depresión en la que se sumió, ellos fueron
amigos de niños por lo que se conocían muy bien, claro que Junsu me confesó que
mucho tiempo antes del accidente se dió cuenta de sus sentimientos.
Jaejoong no pudo evitar sentirse estúpido, por pensar que el
hombre de la ventana lo miró de una forma distinta, ya que es claro que deben
ser una pareja sólida, que están saliendo adelante después de una experiencia
tan traumática, con un suspiro Jaejoong comenta. -Entonces abue, ellos son como
tú y el abuelo.
-Puede ser. –Dice su abuela no muy convencida. -¿No lo
crees?-Pregunta el nieto, asombrado por la reacción de su abuela.
-No lo sé, siento que hay algo más detrás de su historia,
pero quizás me equivoque y solo sean ideas mías.
-No entiendo porque dices eso. -Preguntó Jaejoong cada vez
más intrigado por las palabras de su abuela.
-Nah, olvídalo, solo son ideas mías, continuaré entonces, como
te decía, Junsu comenzó a contarme más de su pasado, tuvo que abandonar su
trabajo y conseguir una manera de poder trabajar desde la casa, también me
contó que sus padres en un principio se opusieron a que se fuera a un lugar
alejado de la ciudad, aunque al final aceptaron porque este es un hermoso lugar,
dónde tendría tranquilidad y los cuidados adecuados, eso es lo que les aseguró
Changmin para convencerlos.
-¿Y… Changmin? –Preguntó Jaejoong, tratando de que no se le
note en demasía la curiosidad. Ya que dedujo que el hombre que vio en la
ventana era él, porque la silueta alta estaba de pie.
-¿Qué con él? –Pues cuéntame más de él. -Preguntó impaciente,
su curioso nieto.
-Pues la mayoría de las cosas que sé de él, son las que me
ha contado Junsu. -Al ver la cara interrogante de su nieto quiso explicar más.
-En todo este tiempo he hablado mucho con Changmin, por
supuesto, lo conozco desde pequeño, era un niño muy tranquilo y respetuoso, se
fue cuando tuvo que ingresar a la universidad y no lo veía desde ese entonces,
por eso cuando lo volví a ver me sorprendió mucho lo grande y atractivo que
estaba, pero en cuanto a su personalidad, él realmente es un misterio, ya que
es un joven muy introvertido, nunca habla de cosas personales y siempre que lo
he intentado, él me rehúye. -Cuenta su abuela con una sonrisa. –Era muy
chistoso, como me evitaba para que no le pregunte cosas, así que al final
desistí y sólo he tratado de ayudar en lo posible.
-¿Eso es todo? –Preguntó Jaejoong, algo decepcionado, no
sabiendo bien la razón de su curiosidad.
-¿Qué más quieres saber? –Le contestó su abuela con un tono
de fingida reprimenda. –Además te conté cosas personales de ellos solo porque
eres tú, pero si quieres saber más, tendrás que preguntárselos tú mismo. Creo
que se llevarán muy bien, porque como te dije les he hablado mucho de ti.
-No sé, cuéntame en que trabajan, como se conocieron cuando
eran unos niños y en dónde, cómo se llevan sus familias, todo eso Abue, pues lo
importante. –Insistió Jaejoong, con un aire soñador.
Su abuela no pudo evitar reírse, su nieto era un soñador, un
romántico, a veces creía que la responsable en gran parte de que él fuera así,
era ella, tantas veces que le habló de la relación con su abuelo y que deseaba
de todo corazón lo mismo para él, porque no todos tenían el privilegio de
encontrar ese gran y único amor en la vida. Tampoco pudo evitar pensar, en que
su adorado nieto había sufrido hace poco una decepción, ya que podía leer a su
nieto como un libro abierto, así que solo le quedaba esperar que estuviera
listo para contarle, lo esperaría hasta que estuviera preparado para soltar
todo lo que tuviera dentro, como siempre lo hacía cuando tenía un problema.
Justo volvió a recordar ese episodio en que por primera vez su nieto le contó
de su corazón roto y río con mucho cariño por el recuerdo.
-¿De qué te ríes abue? –Preguntó Jaejoong sorprendido por la
repentina risa de su abuela.
-Pues me acordé de que ya conoces a Changmin. –Jaejoong se
sorprendió aún más, ¿de que estaba hablando su abuela?, no puede ser del
episodio de la ventana, porque es imposible que alguien los hubiera visto.
-¿D-de que hablas abue? –Preguntó algo nervioso, su nieto confundido.
-Pues, que cuando eran niños se conocieron, fue la primera
vez que viniste a pasar tus vacaciones de invierno conmigo, te había contado
que había un niño muy lindo de tu edad que se moría por ser tu amigo, así que
estabas muy feliz. Pero al siguiente día llegaste llorando contándome que
habías conocido un monstruo, me asusté mucho porque me imaginé lo peor, pero
entre llantos logré entender que el niño de al lado no solo, no era lindo, sino
que era un monstruo gruñón que te confundió con una niña y que no quería jugar
con niñas. –Ahora su abuela reía abiertamente.
Jaejoong por su parte, estaba sorprendido de no recordar
nada de eso. -¿Qué edad tenía?
-Creo que cinco años, es normal que no lo recuerdes, de
hecho yo también lo había olvidado, hasta ayer, cuando le hablaba a Junsu de
que llegabas hoy. Así que desde ese momento no quisiste verlo más, aun cuando
su mamá se enteró de todo y obligó a Changmin a disculparse contigo, por
supuesto después de eso él tampoco quiso verte. Así que nunca se hablaron después
de eso. De pequeños eran muy tercos y llevados de sus ideas y creo que al menos
tú no has cambiado mucho. -Dijo su abuela para molestarlo un poco, riéndose con
más fuerza luego de la cara que le puso su nieto. Adoraba los gestos de su
nieto consentido, algunos como sus pucheros se mantenían de su niñez, también
cuando se enojaba o pretendía enojarse, inflaba sus mejillas y a veces no se
aguantaba las ganas de pellizcarlas, así que lo hizo, causando las risas de su
nieto también. Fue así como terminaron de comer y en conjunto como siempre
cuando la iba a visitar, lavaron los platos sucios.
*
Después de ayudar a su abuela, Jaejoong decidió dar un
paseo, era un día hermoso y quería ir a un lugar que en particular le
encantaba. Era un lago con una pequeña cascada, además el bello lago estaba
rodeado por árboles fruteros de diversas especies. Se podían encontrar,
manzanas, naranjas, damascos, entre otras, las que por supuesto para Jaejoong,
eran las frutas más deliciosas que había probado en su vida.
Como era una tarde calurosa de verano, Jaejoong no dudó en
hacer lo que siempre hacía cuando visitaba ese lugar de ensueño, que era
meterse en el lago. A pesar de que aún no estuviera muy temperado, y que ni
siquiera llevara traje de baño, no le importaba, se desnudaba y nadaba por
horas, se sentía como en casa en ese lugar. Además estaba seguro de que pocas
personas conocían esa parte del lago, porque las veces que iba, solo se había
encontrado con dos o tres personas, que en vez de bañarse, iban a cosechar los
generosos árboles, que siempre han brindado su fruta a quien quisiera.
Luego de asegurarse de no ver a nadie, se desvistió, dobló
con cuidado su ropa, lejos de la orilla para no mojarla e ingresó de a poco al
lago, tiritando al principio hasta que su cuerpo de a poco comenzó a
acostumbrarse a la temperatura, no se detuvo hasta que el agua le llegó al cuello
y desde ese momento se olvidó de todo y se sumergió por completo, para nadar
hasta que sus músculos le reclamaran.
Changmin, creyó escuchar ruido en el lago pero no le prestó
mucha atención, ya que estaba recolectando las últimas frutas que iba a poder
llevar hasta su casa, Junsu no quiso acompañarlo esta vez para recolectar, ya
que aprovechaban la silla de Junsu para llevar más. Así que tuvo que llevar
solo dos bolsas consigo y cargarlas con sus frutas favoritas. Cuando terminó de
llenar las bolsas, saltó del árbol al que estaba encaramado, recogió las bolsas
del suelo y fue justo en ese momento en que miró al lago y tuvo por segunda vez
la visión del mismo ser, que pudo ver hace unas horas, sólo que esta vez estaba
saliendo abruptamente de la superficie del agua. Nuevamente pudo ver hasta su
torso y como se pasaba las manos por el cabello para sacar el exceso de agua, a
Changmin le pareció que todo pasaba en cámara lenta y ya no supo que pensar,
por un segundo su mente quedó en blanco, así que lo único que pudo hacer fue
mirar a la visión más embriagadora de la que había sido testigo dos veces en un
día.
Jaejoong de nuevo lo sintió, esa mirada penetrante que no
importaba la distancia, la podía sentir como si estuviera a solo milímetros de
él. Fue cuando lo vió, el mismo hombre de la ventana, que lo miraba sin
pestañear, tan intensamente que Jaejoong sintió que su corazón comenzaba a
latir más rápido de lo normal y un escalofrío recorrió su cuerpo, también fue
ese el momento en que Changmin despertó de su trance, e hizo lo primero que se
le vino a la mente, acercarse a la orilla del lago y comenzar a soltar todo lo
que sentía desde la mañana.
-Para que sepas no te estaba mirando, no ahora, ni tampoco
hace un rato, es-es-es… -Comenzó a tartamudear dándose cuenta de lo nervioso
que estaba, pero no se detuvo, además no era su culpa que el otro anduviera sin
ropa a cada momento, como si fuera lo más normal del mundo, lo que dio paso a
un enojo irracional.
-Es tu culpa porque andas desnudo en todas partes y déjame
decirte que eso no es normal. –Dijo elevando de a poco la voz, sin detenerse a
pensar, continúo.
-Eres un exhibicionista o ¿Qué?, te lo digo, lo que haces no
es normal, así que deberías comenzar a pensar en la gente a tu alrededor que no
les gusta encontrarse con tan per-perturbadoras imágenes a cada rato, así que
te lo digo en serio, ¡HAZTE VER! –Esto último lo dijo prácticamente gritando,
se dio la vuelta, y esta vez definitivamente gritó. -AHORA ENTIENDO PORQUE ME
PARECISTE UNA NIÑA LA PRIMERA VEZ QUE TE VI, PORQUE ERES-ERES… se detuvo cuando
se dió cuenta de lo que iba a decir y salió prácticamente corriendo del lugar,
sin recoger las bolsas que dejó caer hace un momento, dejando a un Jaejoong con
la boca abierta, completamente enmudecido y con una extraña sensación de deja
vú.
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